Ya no está en la maní el PNV, pero sí todos los golpistas catalanes y los separatistas gallegos.

Decíamos ayer, con el permiso de fray Luis, que una característica muy acusada de los nacionalistas es la portentosa inclinación a asumir como propias las reivindicaciones de otros nacionalistas y a batirse el cobre por ellas como si fuesen propias. Citaba en defensa de esta tesis tantos ejemplos como permitía la extensión de la columna. Cabía algún ejemplo más que se materializó el mismo sábado por la tarde en Bilbao, con motivo de la enésima manifestación de simpatía por los terroristas presos en la que viene dándose la unidad de los nacionalismos. La manifestación del sábado estaba convocada para las cinco de la tarde, que era una hora taurina clásica, pero a las seis empezaba en San Mamés el derby, partido entre el Athletic y la Real Sociedad, o sea que adelantaron lo de los presos a las cuatro, las cosas de la patria tienen estas pejigueras.

Tengo yo para no olvidar la mani que se celebró el 9 de enero de 1999, un día en el que llovía más que la tarde que enterraron a Zafra y en la que posaron juntos bajo el paraguas,  detrás de la pancarta y con expresión afable los líderes principales del nacionalismo vasco: Xabier Arzalluz, Carlos Garaikoetxea y Arnaldo Otegi. Cuatro meses después, el 18 de mayo, los tres citados firmaban un pacto de legislatura para apoyar al Gobierno de Ibarretxe. Había antecedentes en el verano anterior, agosto de 1998, en el que el PNV, EA y la banda terrorista ETA firmaban un comunicado infame en el que los dos partidos citados se comprometían ante ETA a romper sus pactos con “con los partidos que tienen como objetivo la destrucción de Euskal Herria y la construcción de España (PP y PSOE)”.

Así está el tema. La diferencia del presente es que el compromiso fundamental lo asume el PSOE frente a los herederos de ETA y los partidos a batir son el PP y Vox. Al frente de la manifestación marchaban los dirigentes vascos. No estaba el PSOE, pero acudieron representantes de todos sus socios, nacionalistas catalanes y gallegos. Allí estuvieron representados Junts, ERC, la CUP  y ANC. Una vez doblado el pulso a Sánchez ganándole la amnistía para sus golpistas ahora les toca conquistarla para los terroristas presos.

Y en eso están. Los partidos abertzales y los golpistas solo empujan. Los convocantes son Sare y Etxerat dos subproductos de ETA  en el terreno incruento, la primera de las cuales tiene como portavoz a Joseba Azkarraga, lo cual ya da idea de la indecencia del conjunto. El portavoz es sobrino del general Luis Azcárraga, asesinado por ETA el domingo de Ramos de 1988. Nada mejor para honrar su memoria que defender al bando de los asesinos.

La amnistía ya está esperando a los más acabados hijos de perra del terrorismo etarra, como Beñat Aguinagalde, asesino de Isaías Carrasco. Hay que recordar aquí a Patxi López llevando el féretro de su compañero asesinado. Henri Parot, 39 asesinatos, el asesino de Enest Lluch, García Jodrá y naturalmente, el inenarrable Txapote, asesino de Fernando Múgica, Miguel Angel Blanco y Gregorio Ordóñez, todos ellos acercados a cárceles vascas por Sánchez y Marlasca, esa pareja infame. Pero las almas bellas de la izquierda, a la vista se los votos socialistas que han regalado a Bildu la alcaldía de Pamplona, califican el ‘que te vote Txapote’ de ‘eslogan siniestro que provoca una reacción no ya moral sino física, como esa arcada que desata un olor a podrido”. Lo escribió Muñoz Molina que, lo que son las cosas, es el mejor de todos ellos.