La Diada del 11-S, confiscada por ‘Junts pel Sí’

EL CONFIDENCIAL  10/09/15
ANTONIO CASADO

· ¿Dinamitar el Estado? Los partidarios del independentismo no lo van a conseguir pero el fracaso forma parte de su naturaleza

Todo a punto para la postal soberanista de mañana en la Diagonal de Barcelona. Los implicados en la logística de la gran marcha del 11-S (“Ara es l´hora”, una plataforma de ANC y Òmnium Cultural ) ya conocen su parte del guión. Por tramos temáticos: bomberos, campesinos, gays, inmigrantes, sindicalistas, sordos, jóvenes, feministas… Es el diseño organizativo de una nueva puesta en escena del gran reto. Una provocación televisada en directo por TV3 que es posible gracias a la naturaleza radicalmente democrática del Estado que se pretende dinamitar.

¿Dinamitar el Estado? Los partidarios del independentismo no lo van a conseguir pero el fracaso forma parte de su naturaleza. Como el pastor enamorado de la Luna, que nunca logró hacerle llegar sus cartas pero se hizo imbatible en el lanzamiento de piedras. La frustración es el alimento del nacionalismo. En base a los consabidos agravios de fabricación casera, volverá a servir para mantener vivo el espejismo de una República Catalana. Y así seguirá siendo “mientras tengan un himno para cantar y otro para pitar”, como nos decía el otro día en la radio el exministro socialista, Josep Borrell, que acaba de reflejar en un libro las “cuentas y los cuentos” del nacionalismo.

“El 27-S nos contarán pero el 11-S también”, decía hace unos días Jordi Sánchez, presidente de ANC, mientras arengaba a los suyos para no dejar libre ni uno sólo de los 170.000 metros cuadrados de la avenida Diagonal. Las últimas horas han sido frenéticas. “Ninguna revolución se ha hecho desde casa”, según reza un spot motivador de los indecisos.

Se busca una asistencia masiva que resista la comparación con la cadena humana del 2013 y la “V” del año pasado año, a fin de que las otras candidaturas electorales no puedan abrir la campaña hablando de un soberanismo a la baja. Así la abre, en fin, Junts pel Sí, el abigarrado consorcio de quienes solo coinciden en la aversión a España. Llevan camuflado en el cuarto puesto de la lista a su averiado caudillo, Artur Mas. Con todos los medios oficiales de la Generalitat a su disposición, incluida la televisión y la radio públicas, debidamente instruidas por los organizadores, como ha demostrado El Confidencial.

La inaceptable confiscación de la Diada, la gran fiesta de todos los catalanes, se va a convertir en el primer acto electoral del independentismo. Así lo han denunciado quienes serán sus competidores en el recuento del domingo 27 de septiembre. Todos coinciden en valorar la marcha de mañana como un acto partidista en respaldo a la candidatura de Mas, que encabeza uno de sus costaleros, Raül Romeva, y de la que también forman parte las responsables de las dos organizaciones convocantes (Forcadell y Casals).

La nada sospechosa de españolismo tóxico, Ada Colau, alcaldesa de “todos” los barceloneses, ha anunciado que no asistirá, por entender que se instrumentaliza el 11-S. Un escrúpulo que no quita el sueño al president. Ya ha dicho que si asiste será en calidad de candidato, no de presidente de la Generalitat. Como si fuera suficiente cambiarse de sombrero para olvidarse de su compromiso con “todos” los catalanes.