Abría ayer la prensa de Pedro Sánchez con un titular entrecomillado a cuatro columnas a la altura intelectual del entrevistado: “Mucho más peligroso que Vox es que el PP asuma sus políticas”, incurriendo en la tautología. Definido que Vox es el mal, es evidente que un PP que practique sus políticas ha de ser forzosamente más peligroso en tanto que tiene más votos y más representación política. El inkilino de La Moncloa fue evacuando sus respuestas con el método y el ritmo del pato patagónico: cada pisada una cagada. Como no tengo espacio para detallarlas todas, reseñaré un par de ellas. La primera se la plagió seguramente a Zapatero en la desdichada entrevista de la COPE el lunes pasado: “El PP se olvida de que Aznar acercó presos de ETA en plena escalada de violencia”. A ver, gañán, precisemos. Aznar acercó presos de ETA en dos ocasiones: La primera, el 10 de noviembre de 1998, por iniciativa de Rosa Aguilar, aquella brava diputada comunista que imputó a Felipe González la jefatura de los GAL, pero que se pasó al PSOE con un sencillo: “le pediré disculpas”. En los meses siguientes resultó que los partidos de la oposición, también el PSOE, no estaban conformes con el ritmo al que el Gobierno acercaba presos y el PNV y EA pidieron más brío en la tarea. Fue aprobada por unanimidad el 15 de junio de 1999.
Las dos decisiones se produjeron dentro de la tregua de Lizarra que duró quince meses, desde el 18 de septiembre de 1998 hasta el 3 de diciembre de 1999. Es decir que Sánchez miente,-cuándo no es fiesta-, al decir que Aznar acercó presos de ETA “en plena escalada de violencia”. Me sorprende que los entrevistadores, Pepa Bueno y Carlos E. Cué, no tuviesen estos datos, pero es aún más sorprendente el titular que abre la entrevista en páginas interiores: “estamos a tres puntos. Ganar es posible. Merece la pena votar”, después de ponderar la calidad, la transparencia y la publicidad de todos esos datos (del CIS). El periodismo debería afear al entrevistado que utilizase los tres puntos de la ventaja popular en las municipales para calificar de posible la victoria socialista en las generales. Son elecciones distintas, pero es que, además, Sánchez ignora que su propagandista abyecto ha vuelto a predecir su victoria el 23-J por medio punto de ventaja, y que pronosticaba al acuerdo entre el PSOE y SUMAR más de cuatro puntos de ventaja sobre la posible alianza PP-VOX.
La entrevista de El País es muy significativa, por la pertinacia con que el entrevistado arremete contra los hechos. Da por supuesto que el PP asume las políticas de Vox, en contra de la realidad palmaria, la que llevaba al Partido Popular a dar la alcaldía de Barcelona al PSC y la de Vitoria al PSE. Bien hecho por parte de Feijóo; había que optar por el mal menor, que son Jaume Collboni y Maider Etxebarria. Otro mal menor son las cinco alcaldías que ha cedido el PP al PNV para desalojar a EH Bildu. No debe esperar el PP agradecimiento alguno del PSOE, como ha demostrado Sánchez. ‘Los gorrinos’ se guían por la pauta de agradecimiento de Patxi López, o peor aún, por la del PNV, recuerde Feijóo la moción de censura una semana después de bendecir los presupuestos a Rajoy. O puede que Sánchez prefiera Bildu al PP, como su delegado en Madrid. El PP nos ha librado en Cataluña de Trias y de Colau en una sola apuesta y eso está bien. Tampoco deben esperar agradecimiento de Collboni, que según un cabreadísimo Trias había pactado con él repartirse la alcaldía y ha dictaminado: “que les den, que les den, que les den”. No dice qué, pero se sobreentiende por dónde.