María Jesús Pérez-ABC
- Hágase la luz; y la luz, pues, se hizo, ¡pero a menudos precios hoy!
En el principio de los tiempos Dios creó los cielos y la tierra. La tierra, entonces, estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo mientras el Espíritu de Dios se movía por encima de las aguas. Pero en la oscuridad absoluta. Difícil de seguir así. Se antojaba pues imprescindible algo de claridad para seguir con la ‘Gran Creación’. Y dijo Dios: «Hágase la luz; y la luz se hizo». Y vio Dios que la luz era buena; y separó la luz de las tinieblas… Hasta hoy, en claroscuro total, con más sombras que luces, por obra y gracia de la mano del hombre, ese que todo lo termina pervirtiendo, se ponga como se ponga uno
de los pensadores más determinantes como parte de ese movimiento considerado, curiosamente, el siglo de las luces: Jean-Jacques Rousseau, que allá a mediados del siglo XVIII le quitó toda responsabilidad al ser humano de ser como es, al considerar que es la sociedad la que lo corrompe. Ya, con permiso entonces de Kant si eso…
El caso es que unos cien años después, a pesar de que a la luz realmente no la inventó nadie -bueno, sí, Dios, ya saben-, a Thomas Alva Edison, su creador oficial, se le encendió la lucecita y creo la bombilla, la gran aliada de la luz, el primer elemento con el que generarla a través de corriente eléctrica. ¡Qué momento!
Y desde entonces hasta hoy, una vida dependiente total. Todo es luz y… alpargatas. ¡Un no parar entre unos y otros por ver la manera de hacer negocio con ella! Y por su control. Como con todo, la dichosa perversión del hombre lobo para el hombre. Sobre todo, entre gobiernos y las propias empresas, en esa lucha en ciernes permanente entre lo público y lo privado. ¿Y en medio? El consumidor, en definitiva, el que paga, ¡y a menudos precios!
Y en ese tira y afloja continuado a lo largo de los tiempos, bajo Ejecutivos de distinto color, se provocó un brutal desajuste económico en el sistema eléctrico -que llegó a superar los 30.000 millones, por cierto reconocido por el propio expresidente Zapatero- que estamos pagando con creces todos los consumidores en el recibo de la luz estos días, que ya se hacen eternos. Y subiendo…
¿Qué hacer? Pues, dicen los del PSOE en el Gobierno que todos los problemas son por culpa de la UE, los mercados, el PP y, si eso, del propio Edison, pero ellos que han gobernado 25 años, no tienen culpa de nada. ¿Entonces? Pues, de momento, les toca pensar a ellos -bueno, al titular en alpargatas no, por favor, que si piensa, existe, y fijo que convierte este bien en lujo en un suspiro, camino va…-, a los de la coalición, que para eso están al frente del cotarro político. Aunque lo escuchado hasta ahora, ¡menudas ideas!, igualitas que las del Creador. Incluso dispares y contrarias entre sí. Y Ribera le echa la culpa a Calviño y las dos a Maroto y los de Podemos, erre que erre con su empresa estatal… Así nos va. Nadie se hace responsable de nada. La España sin luz y en alpargatas. ¡Ay que volvemos a las tinieblas!