EL MUNDO 27/05/14
· El ascenso de los partidos euroescépticos pone en peligro los grandes pactos europeos esta legislatura
El terremoto euroescéptico que ha sacudido la UE convertirá la política comunitaria en una tarea más hostil y abocada a la renacionalización de algunos de los planteamientos que hasta ahora sólo se discutían desde una perspectiva europea. Un total de 15 partidos antiUE procedentes de 13 países han conseguido entrar en la Eurocámara, donde ocuparán 100 asientos de acuerdo con el recuento oficial que aún no ha finalizado. Quince fuerzas que han llevado en sus programas electorales promesas como la destrucción del euro, el levantamiento de controles fronterizos, el fin de la libre circulación o la salida de sus respectivos países de la Unión Europea.
Los análisis que siguen a estas elecciones europeas coinciden en minimizar el efecto de estos partidos dentro del Parlamento Europeo, ya que ocuparán sólo un 13,1% de los 751 escaños. Pero reconocen que tendrán una gran influencia en la política comunitaria a través de la presión que hagan a los gobiernos de sus países.
Los casos de Reino Unido y Francia son los más simbólicos por la fuerte irrupción de dos fuerzas euroescépticas que se han convertido en la opción más votada por los electores. El Partido de la Independencia de Reino Unido (Ukip) ha logrado 23 asientos y podrá crear en torno a la figura de su líder, Nigel Farage, un grupo parlamentario (Europa por las Libertades y la Democracia, EFD) con una mayor presencia que en la anterior legislatura.
Este resultado deja al primer ministro británico, David Cameron, en una situación complicada. El mensaje que los electores han enviado a través de las urnas es que la UE plantea más problemas que soluciones, así que la lucha de Reino Unido para repatriar competencias y restar influencia a la Unión Europea en los asuntos nacionales será a partir de ahora más intensa.
Reino Unido, siempre un socio incómodo dentro del Consejo Europeo, amenaza con celebrar un referéndum para decidir si continúa o no el club de los Veintiocho y Cameron puede verse obligado a radicalizar aún más su lucha contra el poder de Bruselas para garantizar la estabilidad en la política interna del país.
«El aumento del voto antieuropeo es un toque de atención para los líderes europeos: si no se inician grandes reformas y se devuelven competencias, los ciudadanos pueden acabar pronto optando por una salida de la Unión Europea», apunta Mats Persson, director de Open Europe.
Algo similar ocurre en Francia. Su debilitado presidente, François Hollande, no sólo ha restado escaños a la familia socialista europea, sino que se encuentra ahora con una dura oposición de la extrema derecha de Marine Le Pen, crecida tras los excelentes resultados de estas elecciones.
Su partido, el Frente Nacional, ha obtenido el respaldo del 25% de los votantes (24 escaños) y sus planteamientos eurófobos condicionarán el modo en que Francia negocia con el resto de los países en el Consejo Europeo.
Junto a Ukip y el Frente Nacional, el Partido Popular Danés es el otro movimiento euroescéptico que ha resultado ser la fuerza más votada en su país. Este grupo sumará cuatro escaños a la alianza antieuropea que empieza a gestarse con las primeras conversaciones entre sus líderes. En Hungría los radicales del Jobbik son la segunda opción preferida por los electores, con un respaldo del 14% que aportará otros tres diputados. Hay, además, otros cuatro países en los que los euroescépticos han acabado los terceros: el FPÖ austriaco (cuatro diputados), el PVV holandés de Geert Wilders (tres escaños), los Verdaderos Finlandeses (dos representantes) y los nazis de Amanecer Dorado, en Grecia, desde donde aportarán otros tres diputados.
En Italia la sorpresa ha sido positiva para los europeístas, ya que el partido en el Gobierno de Matteo Renzi ha logrado un gran resultado. Sin embargo, este país aportará dos partidos de corte euroescéptico, aunque muy diferentes entre sí: la Liga Norte, de extrema derecha, que suma cinco escaños, mientras que la alternativa de izquierda Movimiento Cinco Estrellas, de Beppe Grillo, aportará 17 representantes.
Lo mismo sucede en Alemania, donde hay dos fuerzas contrarias a la UE que han conseguido colarse por primera vez en la Eurocámara después de que el país eliminara el umbral mínimo del 5% de los votos. Alternativa por Alemania (AfD) logra siete escaños mientras que el partido filonazi NPD obtiene uno. La lista se completa en Polonia, con tres escaños para el Congreso de Nueva Derecha; Suecia, que aporta dos asientos con los Demócratas Suecos; y Bélgica, donde el Vlaams Belang logra un eurodiputado.
Marine Le Pen, a por el grupo propio
El líder del partido xenófobo holandés PVV, Geert Wilders, y la líder del francés Frente Nacional, Marine Le Pen, se reunirán mañana para negociar la formación de un grupo propio en la Eurocámara.
Como mínimo necesitan 25 escaños, algo que conseguirían uniéndose las dos formaciones, y conseguir sumar a al menos siete países miembros en el grupo, lo que se aventura más complicado.
Hasta ahora esperan contar con el apoyo de los italianos de la Liga Norte, el SN demócrata sueco, el FPÖ austríaco y el Vlaams Belang belga.