La familia crece

FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO 24/12/13

· Ocho personas forman desde ayer la comisión para el impulso del proceso de paz constituida como fruto último del ‘foro social’ que se celebró el pasado mes de marzo en Pamplona y Bilbao. Tenemos otro comité más que se suma a la nutrida nómina de pacificadores que opera desde hace tiempo en el País Vasco. A diferencia de los otros grupos, el presentado ayer tiene una componente predominantemente local.

Los pacificadores de ámbito exterior –el Grupo Internacional de Contacto, de Brian Currin, y la Comisión Internacional de Verificación, de Ram Mannikkalingam– se encuentran en hibernación desde hace meses, sin actividad conocida y a la espera de acontecimientos para ver si se reactivan o desaparecen de forma definitiva. Además, en el camino han quedado otros intentos frustrados de introducir nuevos grupos como el comité de seguimiento de la declaración de Aiete que se anunció en 2012, pero que no se materializó en nada.

Las tensiones registradas el pasado mes de enero entre ETA y los verificadores durante la última reunión celebrada en Noruega condujo a una crisis provocada por el inmovilismo de la banda. Los etarras fueron expulsados de Oslo, la organización terrorista se quedó sin estrategia y los verificadores, que llegaron a pensar en disolverse, se tomaron un tiempo de reflexión para ver si les quedaba algún papel que representar, tiempo que todavía dura. Sus previsiones de reaparecer hacia el mes de septiembre no se han cumplido.

Si no se ha disuelto la comisión que encabeza Mannikkalingam es porque desde el PNV, el PSE y la izquierda abertzale le han pedido la continuidad. Siguen, pero esperando a que se clarifique su función, algo que no depende tanto de su voluntad como de la de ETA. La comisión de verificación se reunía con ETA y transmitía luego sus conclusiones a las fuerzas políticas vascas. El GIC de Brian Currin no se sabe qué es lo que hace.

La izquierda abertzale buscó la forma de indicarle a ETA una salida y para ello se organizó en marzo el ‘foro social’ que planteó una serie de recomendaciones que todavía esperan respuesta de los etarras presos y de la propia organización terrorista. El 15 de julio, cuatro meses después de que se celebrara el foro, ETA sacó un comunicado en el que decía que «en las próximas semanas» haría llegar su opinión a los promotores de aquellas recomendaciones. Han pasado casi 25 semanas desde aquel comunicado y no se conoce que ETA haya dado la respuesta prometida, salvo que lo hubiera hecho de forma discreta a los organizadores del fForo, lo que no consta.