La Generalitat da seis meses a Rajoy paranegociar el referéndum

EL MUNDO 31/12/12

Francesc Homs: «Se hará sí o sí»

«Intentaremos abrir una negociación con el Gobierno español para poder hacer la consulta y nos hemos dado de margen todo el primer semestre de 2013. Porque queremos acreditar que vamos de buena fe, que queremos seguir los pasos necesarios». El conseller de Presidencia, Francesc Homs, ponía ayer un plazo límite al diálogo de la Generalitat con el Estado sobre el referéndum independentista.

Transcurrido ese plazo de seis meses sin acuerdo, el Govern se pondrá manos a la obra para buscar otras alternativas que le permitan celebrar el referéndum, porque «habrá consulta sí o sí», según declaró ayer Homs en una entrevista concedida al diario El Punt Avui.

El conseller da por hecho que la respuesta del Gobierno central cuando Artur Mas plantee su intención de celebrar un referéndum independentista será un no rotundo, pero también da por sentado que esa negativa servirá para que el Govern ponga en marcha la siguiente fase de su plan: buscar la complicidad internacional.

«Si definitivamente nos dicen que no, que no podemos consultar al pueblo de Cataluña, entonces eso nos permitiría acreditar ante las instituciones internacionales cuál es el nivel de compromiso con la democracia que tiene el Estado español», explicó Homs. El conseller también recordó que su plan prevé una fase intermedia consistente en redactar una ley de consultas «que no requiera la autorización de Madrid», para «tener un marco legal propio».

Todos estos pasos estarán precedidos por una declaración de soberanía que realizará el Parlament en su primer pleno ordinario el próximo mes de enero. Y es que la celebración de esa consulta secesionista es la razón de ser del Govern que acaba de echar a andar con el apoyo parlamentario de ERC.

Así lo destacó también el presidente de la Generalitat, Artur Mas, anoche en TV3 en su tradicional discurso de fin de año. «Una mayoría de catalanes quiere construir un país nuevo. Arraigado en la tierra milenaria, pero mirando hacia arriba», dijo el president, quien insistió, como tantas veces en los últimos días, en que su deseo para el año que entra pasa por «una Cataluña que pueda ejercer su plena libertad y en la que toda la ciudadanía pueda decidir libremente y en paz nuestro futuro como nación».

La tesis que Mas quiere vender a los catalanes es que si Cataluña es independiente, los catalanes vivirán mejor: «Encaramos ahora páginas trascendentes de nuestra historia y lo hacemos con el convencimiento de que nos llevará a vivir en un país mejor y de que es nuestro deber y nuestra responsabilidad dejar a las futuras generaciones un país del que se puedan sentir bien orgullosas», afirmó el president en un discurso corto, flojo y un tanto cursi plagado de referencias poéticas.

Mas pasó de puntillas por la grave situación económica que vive Cataluña y que afecta a muchas familias catalanas y se resignó a dejar claro que la única salida que ve a esos problemas es la independencia: «Deseamos una Cataluña próspera, capaz de generar riqueza, bienestar y trabajo; una Cataluña capaz de reforzar la cohesión de su sociedad, procurando evitar heridas que luego provoquen enfermedades graves; una Cataluña capaz de garantizar una igualdad de oportunidades real para sus ciudadanos y, sobre todo, capaz de ocuparse de las personas más débiles y más expuestas a las inclemencias económicas y sociales de los tiempos que vivimos».

Sentado ante una senyera y un Sant Jordi, un Mas que lleva infinidad de discursos a las espaldas en los últimos tiempos, el de investidura, el de toma de posesión, el de nombramiento de sus consellers, aparcó el tono épico de otras ocasiones y sus famosas metáforas marineras y se limitó a pedir a los catalanes «espíritu de superación» para afrontar el reto separatista.

EL MUNDO 31/12/12