Miquel Giménez-Vozpópuli

Francisco Martín, a la sazón Delegado del Gobierno en Madrid, ha dicho “Desde que gobierna Pedro Sánchez los ‘supuestos enemigos de España’ han hecho más por los españoles y por España que lo que han hecho todos los patrioteros de pulsera”. Vamos a ver, Supermán, que diría Abascal, ¿se refiere a Bildu, que presenta etarras con las manos manchadas de sangre a las municipales, al Bildu heredero de ETA, al Bildu de los onguietorris, de Otegui, al que representa la bala en la nuca al contrario y el exilio forzoso de más de trescientos mil vascos que huyeron para salvar sus vidas? ¿O se refiere a los golpistas catalanes, a esos supremacistas que odian todo lo que no sea su ombligo, los que obligan a hablar catalán a los críos incluso durante el recreo, los que si no tienes el certificado de catalán no te contratan, los que han chupado del bote de la corrupción cuarenta años, los que invadieron el aeropuerto, incendiado Barcelona y convertido el mundo comarcal catalán en un infierno sólo apto para los de estelada?

Y va el tío y añade que Bildu y separatas han salvado – ¡salvado! – miles de vidas apoyando el estado de alarma, dignificando las vidas de miles de pensionistas y mejorando las condiciones de los ciudadanos posibilitando los presupuestos? ¿En serio, nen? Porque esos estados de alarma han sido declarados anticonstitucionales, las residencias eran responsabilidad de Pablo Iglesias y no pregunte mucho a los deudos de los ancianos que allí murieron. Y en cuanto a la mejora en las condiciones de vida mírese las cifras y verá que somos líderes en paro juvenil, en paro en general y en falta de recuperación económica, todavía en niveles pre pandemia.

Esos estados de alarma han sido declarados anticonstitucionales, las residencias eran responsabilidad de Pablo Iglesias y no pregunte mucho a los deudos de los ancianos que allí murieron

Tras escuchar tamañas necedades uno tiene perfectamente claro porque el gobierno lo ha elegido Delegado: ni Pedro Bello habría dicho más y mejor. El Delegado, contentísimo de poder defender los pactos más criminales jamás efectuados por gobierno alguno en nuestra democracia, asegura que no se cuestiona los mismos. Pues debería. Porque si para su ilustre persona pactar con Vox, partido irreprochablemente constitucional, escrupuloso con la ley, sin sangre en las manos y con una lealtad a prueba de bombas – nunca mejor dicho – a España y a su Rey es poco menos que morrearse con Hitler, imagínese lo que para la calle representa encamarse con comunistas bolivarianos, filo etarras y golpistas lazis cuando te habías presentado a unas elecciones diciendo que jamás de los jamases ibas a hacerlo. Claro está que uno no espera que en la mentalidad de un Delegado, y más éste, quepa el resquicio de la duda, síntoma de inteligencia y, por qué no decirlo, buena crianza.

Uno echa en falta a aquellos gobernadores civiles que Aznar se cargó junto con la mili y Alejo Vidal Cuadras para satisfacer al insaciable monstruo nacionalista. Eran señores muy serios que gastaban mucha mala bajandí, cierto, pero a ninguno se le habría ocurrido decir enormidades como las que ha soltado por su boquita de piñón el Delegado de Madrid. Los representantes del estado de entonces, los gobernadores, eran gente seria que, como decía Cela de los notarios, “fumaban tabaco de cuarterón”. Reconvertida la figura en esto del Delegado la cosa ha degenerado tanto que incluso pueden decir que Bildu, ERC o Junts son más patriotas que los de la pulsera con la bandera nacional.

Ni siquiera es maldad. Es pura y simple necedad, vacuidad mental, indigencia intelectual, pobreza de espíritu y, eso sí, ganas de intentar seguir viviendo de esto el máximo tiempo posible. Que quiera Dios que sea poco porque cada vez están más cerca las elecciones. ¿Lo sabe el Delegado?