EL CORREO, 29/4/12
Etxeberria exige a Rajoy el final de la dispersión durante un acto en el que los partidos de Amaiur sellaron su alianza con la francesa Abertzaleen Batasuna
Nada más conocerse el plan de reinserción de presos, incluidos los de ETA, presentado el jueves por el Ministerio del Interior el pasado jueves, la izquierda abertzale recalcó que no veía «ningún avance sustancial». Lo hizo a través de un comunicado utilizando su habitual discurso, exigiendo que de forma «inmediata y definitiva» se deje de usar contra los encarcelados por causas de terrorismo «una política inhumana de excepción». Porque para la izquierda abertzale nada ha cambiado. Ayer, uno de sus principales portavoces, Rufi Etxeberria, se mantuvo fiel a la ortodoxia al pedir que el Gobierno de Mariano Rajoy «supere las medidas de excepción» y acerque a los presos «a las cárceles de Euskal Herria» como un primer gesto para luego tratar «todas las consecuencias del conflicto político con la organización armada ETA».
La propuesta del Ejecutivo del PP supone una rebaja en las condiciones puestas hasta ahora a los etarras disidentes a través de la conocida como ‘vía Nanclares’, en referencia a la cárcel alavesa a la que habían sido trasladados los presos que se habían alejado de la banda, habían mostrado su disposición a colaborar con la Justicia y habían pedido perdón a las víctimas. Este último requisito ha sido eliminado por parte de Interior, en una decisión acogida con gran malestar por varios colectivos de víctimas, que ven en este gesto una cesión a los terroristas.
Una visión crítica que también comparte la izquierda abertzale, aunque por motivos opuestos. Si para algunos afectados por la violencia etarra, el Ejecutivo central ha superado algunas líneas rojas, para la antigua Batasuna se ha quedado corto al no recoger soluciones colectivas e insistir en las salidas individuales. «Los derechos de los presos no pueden estar sometidos a nuevas exigencias», recalcó ayer Etxeberria en una breve intervención ante los periodistas antes de participar en Irún en un acto en el que tanto la izquierda abertzale, como Eusko Alkartasuna, Alternatiba, Aralar y la francesa Abertzaleen Batasuna firmaron un documento que marca como objetivos que «Euskal Herria sea una nación soberana en Europa», así como «la paz y los derechos civiles y políticos», mediante un «compromiso para una estrategia nacional» basada en la «acumulación de fuerzas con la pluralidad establecida como base»
Todo ello bajo los principios de los «derechos humanos» y el «derecho a decidir», la «pluralidad democrática», la «igualdad», la «defensa del principio de la democracia» y el «internacionalismo». Los firmantes reivindicaron que «Euskal Herria es una nación en Europa y en el mundo» y exigen «los mismos derechos para nosotros que para el resto de naciones de Europa y del mundo».
Por parte de la izquierda abertzale estuvieron Rufi Etxeberria y Anita Lopepe, mientras que Patxi Zabaleta y Rebeka Ubera representaron a Aralar; Oskar Matute y Amaia Agirresarobe a Alternatiba; Pello Urizar y Miren Urrestieta a Eusko Alkartasuna; y Peio Etxeberri-Aintziart y Mertxe Colina, de Abertzaleen Batasuna.
«Oídos sordos»
Respecto al «conflicto político y la violencia en Euskal Herria», los firmantes abogaron por tomar como hojas de ruta el Acuerdo de Gernika y la Declaración de Aiete, y subrayaron que el «diálogo sin exclusiones» y el «acuerdo» deben ser los principios que rijan el proceso que posibilite «la construcción de una paz justa, sin vencedores ni vencidos» y que «supere los límites que nos establecen las instituciones».
Asimismo, incidieron en que aunque «estamos dando pasos unilaterales» es el momento de que «todos los agentes implicados empiecen a dar pasos». «Los Estados español y francés no pueden seguir haciendo oídos sordos», recalcaron. En este sentido, subrayaron que «urge un cambio en las políticas penitenciarias» y el «reconocimiento y la reparación de las víctimas; de todas, sin exclusión».
EL CORREO, 29/4/12