La izquierda abertzale pide un trato igual para las víctimas de ETA y de los Estados

DIARIO VASCO, 18/12/11

Muestra por primera vez su «pesar y reconocimiento» a los afectados del terrorismo

Iba a ser su primer reconocimiento expreso a las víctimas de ETA, y lo fue. Ahora bien, su decisión de equiparar su situación a la de los afectados por la violencia de Estado provocó las críticas de PNV, PSE y PP por su «equidistancia». La izquierda abertzale regresó ayer a la Casa de la Paz de Donostia, donde hace dos meses la conferencia internacional puso el prólogo al cese definitivo de ETA, para reconocer el «dolor y sufrimiento» que «las múltiples violencias han producido en Euskal Herria», y mostró su «pesar» a las víctimas «provocadas tanto por la violencia de ETA como por las estrategias represivas y de guerra sucia de los Estados español y francés».

Tomando como espejo el modelo irlandés, la izquierda abertzale dio ayer en Aiete el paso más explícito hasta el momento de acercamiento a las víctimas, una estrategia a la que prevé dar continuidad en los próximos meses. Eso sí, de momento, tal y como ya ha venido avanzando este periódico, el mundo de Batasuna prefiere caminar bajo el paraguas del acuerdo de Gernika y de la mano del resto de sus integrantes. Entre ellos, EA, Aralar y Alternatiba.

Así lo hizo ayer en la lectura de una declaración en la Casa de la Paz de Aiete que contó con la presencia de, entre otros agentes políticos, sociales y sindicales, la abogada Jone Goirizelaia, la diputada foral de Cultura y Euskara de Gipuzkoa y miembro de la Ejecutiva de EA Ikerne Badiola, el portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, y el representante del colectivo de familiares y allegados de presos de ETA Etxerat Mattin Troitiño. De hecho, la declaración leída ayer lleva también la firma de los propios reclusos de ETA, a través del denominado Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK).

Lo cierto es que lo delicado del tema y la necesidad de lograr un discurso consensuado ha llevado durante estas semanas a los integrantes del Acuerdo de Gernika a trabajar varias versiones de un documento cuya versión original, más abstracta, aludiendo de forma genérica a todas las víctimas, acabó finalmente por incluir expresamente la violencia de ETA. Eso sí, equiparando su sufrimiento a los afectados por «la guerra sucia».

Leída en euskera por el secretario general de EA, Pello Urizar, la secretaria de organización de Aralar, Rebeka Ubera, y en castellano por Rufi Etxeberria y Amaia Agirresarobe, de Alternatiba, la declaración defiende que «todas las víctimas de todas las violencias deben ser tratadas por igual, sin distinciones ni categorías, teniendo en cuenta las desigualdades de género». «Las víctimas no son más o menos víctimas en función de cual haya sido el origen de la violencia sufrida, son víctimas porque han sufrido una violencia», afirman, para añadir que «es la vulneración de sus derechos humanos más elementales quien las ha hecho víctimas».

«Múltiples violencias

En este sentido, reconocen «el dolor y el sufrimiento que las múltiples violencias han producido en Euskal Herria», y muestran su «pesar a los familiares de las víctimas mortales y a todas aquellas personas que han padecido lesiones físicas o psíquicas, provocadas tanto por la violencia de ETA como por las estrategias represivas y de guerra sucia de los Estados español y francés».

A su juicio, para lograr una paz «justa y duradera» es «crucial reconocer todo el sufrimiento padecido, y mostrar un compromiso y una voluntad clara por cicatrizar las heridas abiertas en nuestro pueblo». En este contexto, los firmantes del Acuerdo de Gernika destacan la importancia de que «se conozca la verdad, todas y cada una de las verdades que la componen», que debe ser «analizada y construida desde todas las perspectivas».

En un acto sobrio y de no más de media hora, los integrantes del pacto de Gernika también hicieron referencia a cómo articular esa reparación. Así, advierten de que las cuestiones relativas a las víctimas deben ser abordadas «con cuidado y respeto, sin utilizarlas como arma arrojadiza en el debate político». Para ello, consideran esencial «la adopción de un conjunto de medidas, individuales y colectivas, orientadas a restituir los derechos vulnerados de las víctimas, y mejorar su situación» y trasladan su «voluntad y disposición a colaborar, participar e incentivar la convivencia y la reparación de todas las víctimas».

Reacciones

Pese a que la izquierda abertzale había marcado la declaración de ayer como el inicio de una serie de actos explícitos de apoyo a las víctimas, lo cierto es que los partidos vascos vieron el texto como claramente «insuficiente», en un claro reproche a la «equidistancia» de la antigua Batasuna con las víctimas. Así, el PNV cree que los firmantes de Gernika deberían haber sido «más atrevidos». El partido de Urkullu asegura no asumir la «equidistancia que se ha querido transmitir». «No compartimos el concepto de pesar, ni la definición de lo que puede ser considerado víctima o no», indicaron los jeltzales, para quienes el acto parece el «preámbulo» de movilizaciones «con otras reivindicaciones como motivo y, por lo tanto, habría merecido un pronunciamiento claro».

Mientras, el PSE consideró «positiva pero insuficiente» la declaración. «Es un paso adelante en la buena dirección pero no hay muestra de arrepentimiento ni autocrítica sobre el dolor que ha producido ETA», recalcan los socialistas, que añaden como «positivo» que «por primera vez se reconoce el daño causado por ETA a las víctimas». El PP vasco, por último, considera «manifiestamente insuficiente» el texto, ya que con él intentan justificar 50 años de terrorismo de ETA.

DIARIO VASCO, 18/12/11