IÑAKI EZKERRA, ABC 18/01/13
· Si los españoles gastamos mucho en justicia y en salud será por que nos faltan las dos cosas.
Hay algo con lo que discrepo seriamente en el fallo del Constitucional que prohíbe a la Generalitat de Mas aplicar el euro por receta. Discrepo con el argumento que esgrime de que es inconstitucional y rompe la igualdad de los españoles. La igualdad ya está rota hace mucho tiempo y lo que ha aportado el euro por receta es simplemente la jeta, el recochineo en la desigualdad. Yo es que creo que hay un argumento más simple y de bastante más peso que ése tan eufemístico y rebuscado: la desfachatez y la ridiculez. En un país en el que los corruptos llueven como los señores del bombín en los cuadros de Magritte y en el que hay sagas familiares enteras vaciando las arcas públicas y viajando a Suiza o a Andorra por una repentina afición al esquí y al alpinismo, que un político tenga el rostro de subirse al púlpito para abroncarnos por el vil y desvergonzado armario de las medicinas que albergamos en nuestros domicilios es sencillamente grotesco.
Resulta que todo el problema de España reside en que nos gusta recetarnos, medicarnos, empastillarnos más que a un tonto una tiza. Realmente, la ligereza, la indecencia, la falta de escrúpulos con las que acumulamos antiinflamatorios, anticatarrales, calmantes y sedantes en nuestras casas es imperdonable. Se nos debería caer la cara de vergüenza por tamaño dispendio. España va mal por culpa del armario de los potingues y los jarabes que todos atesoramos inmoralmente en un ominoso cajón y ha llegado la hora de poner fin a semejante desmán analgésico, a tanto despilfarro farmacológico y a tanta otorrinolaringológica impunidad.
No. No es que esas tasas farmacéutico-autonómicas rompan una igualdad en la que no cree nadie, como le han dicho a Artur Mas y le van a decir a Ignacio González los mismos que legalizaron la peste, o sea a Bildu y Amaiur. No es que el euro por receta sea inconstitucional. Es que es ridículo. Es que es sangrante. Es que es una tomadura de pelo ir a mirarle y a controlarle a un pensionista las pastillas que se toma para la diabetes o la tensión. Es que a los políticos les debe dar un poco de vergüenza meter las narices en el armarito de los medicamentos de los jubilados cuando ellos no se cortan un pelo; cuando consideran «una indignidad» viajar en clase turista, trabajar en un despacho de 180 metros o no cobrar esas dietas por desplazamientos y gastos de residencia en Madrid que siguen cobrando los que han vivido en Madrid toda la vida y obtuvieron un escaño en provincias. A todo eso, ellos lo llaman el chocolate del loro. Y algunos consideran que es mejor quitarle los aspirinas, los nolotiles y los colocatiles al abuelo para que no se envicie y pase a pelo los dolores de su artrosis.
Si los españoles gastamos mucho en justicia y en salud será por algo. Será porque nos faltan las dos cosas. Será porque nos pone enfermos ver cómo se protege a este mangui o al otro «porque es de los míos». Voy a mi criminal armario de los medicamentos a ponerme un valium con hielo.
IÑAKI EZKERRA, ABC 18/01/13