Cuentan los compañeros de Odón Elorza que la noche del 22 de mayo, el entonces alcalde de San Sebastián se quedó bloqueado. Los socialistas donostiarras, que esperaban lograr una victoria holgada en los comicios, veían como Bildu les superaba en votos y, de no pactar con PNV y PP, la coalición abertzale les arrebataría la makila tras 20 años al frente de la capital guipuzcoana.
«Odón estaba como ido», afirma uno de los presentes. La mañana siguiente, Elorza se reunió con el que había sido su equipo de Gobierno los últimos cuatro años y comunicó a sus más allegados que presentaría su renuncia. Comió con dos compañeros en Igueldo y tomó un té frente a la Concha. «A ratos, se quedaba con la mirada perdida en el horizonte. Era como si le hubiesen abofeteado y estuviera encajando el golpe», resalta uno de los acompañantes.
Elorza no se retiró ese mismo día, a petición del PSE, que le pidió que aguantase para sopesar todas las vías de solución posibles. Sin embargo, PNV y PP establecieron para alcanzar cualquier acuerdo con el PSE la salida de Elorza. «El partido siempre ha visto a Odón como alguien diferente, pero no tenían ningún problema porque seguía ganando», subraya una persona cercana al exalcalde. El viernes 27 de mayo, Ernesto Gasco relevó a Elorza en la carrera por la alcaldía donostiarra.
Así las cosas, Elorza se lanzó a la montaña. Concretamente, buscó refugio durante nueve días en los Picos de Europa, donde pescó, descansó, reflexionó y leyó documentos de organizaciones vascas sobre la reconciliación y sobre la Ley de la Claridad canadiense aplicada al caso de Québec. «Había pasado días que no deseo a nadie. Por tanto, dormí de manera desaforada, traté de recuperar el ánimo, tomarme unos cuantos platos de fabada y volver a ser persona libre sin ningún atisbo de depresión. Tuve lo que llamo una descompresión», explica Elorza a EL PAÍS.
La salida a Picos de Europa no ha sido la única ocasión en la que el exregidor se ha recluido por unos días. Hace cuatro años, tras tomar posesión para su quinto mandato en el consistorio donostiarra, Elorza se encerró en un monasterio para reflexionar acerca del estancamiento cultural que padecía la ciudad y para buscar soluciones para su proyección internacional. De este proceso de cavilación nació San Sebastián 2016, un proyecto en el que Elorza se implicó como un técnico más, según afirman sus compañeros. «Ha trabajado como un jabato», afirma un edil socialista. De hecho, Elorza supeditó presentarse a la reelección a pasar el primer corte de la capitalidad.
Vista la celeridad y las circunstancias en que se produjo su marcha, los compañeros de Elorza aseguran que sintió que salía por la puerta de atrás «después de 20 años de entrega a su ciudad». Quizá por ello, cuando Manfred Gaulhofer, el presidente del jurado, designó a San Sebastián como referente cultural europeo en 2016, Elorza rompió a llorar. «Pensé que era una inyección de ilusión colectiva y esperanza. Me dejé llevar por la emoción», reconoce Elorza. «La elección restituye su imagen. Es parte de su legado. Nunca lo había visto llorar a moco tendido», destaca un compañero. En definitiva, eran lágrimas de liberación.
¿Posible cabeza de lista al Congreso?
Tras su marcha, Odón Elorza alternará sus estudios de euskera -en agosto cursará cuatro horas diarias- con distintos trabajos. En el horizonte se abre la posibilidad de que sea cabeza de lista por Guipúzcoa al Congreso. Por lo pronto, trabaja para la Fundación Mario Onaindia y realiza varios informes que le ha encargado el PSE. En ellos, según indica Elorza, tratará de «reformular» las políticas del partido y, a petición del PSE guipuzcoano, preparar las tesis de la formación para el congreso nacional del PSOE.
«Me gustaría aportar al lehendakari una serie de consideraciones para que las valorase. Ya tengo varias entrevistas realizadas», explica Elorza, que recalca que le gustaría desempeñar funciones relacionadas con los derechos humanos.
Los estudios de Elorza, en los que cuenta la colaboración de personas del PSE, incluyen la retrotracción a las treguas de ETA. «Tratarán de reconstruir un relato fiel de lo que ha sido Euskadi, de lo que hemos padecido en los tiempos inmediatos y que todavía no está cerrado», explica el exregidor. Un relato que, según afirma, «planteará a la ciudadanía un proceso de paz y de reconciliación distinto del que habla Bildu o incluso el PNV, y que no es el mismo que tiene en mente el PP».
Sin embargo, por San Sebastián corre la idea de que el exregidor podría ser cabeza de lista por Guipúzcoa al Congreso. «¿Por qué no? El rumor está extendido. Sería un destino fantástico», subraya un concejal del consistorio donostiarra. «Es una opción de la que ya se ha hablado en más de una ocasión», asevera un compañero de Elorza. Mientras, el exalcalde descansa en Menorca.
EL PAÍS, 4/7/2011