La mandíbula

ABC 04/03/15
DAVID GISTAU

· No podemos sino hacer conjeturas y acercar un palo, con precaución, al despojo de mandíbula batiente

CONFIESO que a veces, mientras la casa duerme, me siento en el salón a oscuras y me pongo algún capítulo de «The Walking Dead». Cualquier historia de zombis tiene un valor alegórico en esta época nuestra en la que abres la puerta del parlamento y te gruñen dentro, si las alumbras con una linterna, las siluetas del ciclo del 78. Hace poco salía un zombi despedazado, del cual sólo quedaba la cabeza, pero que aun así trataba de morder y castañeteaba los dientes. Una devoción por la maldad más allá de las posibilidades físicas cuyo único antecedente es la anécdota de la dentadura postiza de Schopenhauer.

Vistos los titulares de prensa del lunes, quedaba claro que el zombi de los dientes era el PP, sobre todo su sucursal madrileña. Un partido hecho pedazos pero capaz todavía de dedicar su última brizna a morder y a morir mordiendo. Pese a la retórica de la refundación para paliar el hastío de la gente y la mancha de la corrupción, el PP es esa dentadura que castañetea, no para cobrarse piezas alimenticias, sino para devorarse a sí mismo en el último espasmo de las intrigas y las conspiraciones por la ínfima parcelita de poder. Sin que hayamos superado todavía el asombro por el modo en que el socialismo aplanó su federación madrileña bajo una lluvia de encuestas amañadas como pétalos de las vestales, ahora asistimos al tráfico de carpetas incriminatorias que sustituye las primarias para el descarte de candidatos populares a las elecciones locales en Madrid. Y ello sin disponer siquiera, como coartada, de un profesor con aureola de pureza intelectual al que poder depositar «au-dessus de la mêlée» para al menos impresionar al televidente con una cita a Kant igual que a los timadores lerdos de Woody Allen los asombraba por presunción de inteligencia cualquiera que llevara gafas. Está quedando un día estupendo para abstenerse.

La operación contra González es de manual hasta en el momento elegido, justo cuando el Gran Timonel Dedocrático insinúa que cualquier día de éstos culminará su meditación, momento que será anunciado por prodigios como el avistamiento de un cometa o el suicidio de las golondrinas contra los cristales de las ventanas de Génova, y facilitará la alineación titular. Anda, justo ahí aparece una carpetita que permite a Floriano hacer así con los dedos índice como pidiendo el cambio. Si aplicamos el paradigma del «quid prodest», obtenemos más sospechosos que en el Cluedo. Desde Rajoy, de quien en realidad cuesta imaginar que necesite estos recursos porque al fin y al cabo es el actual propietario del dedo mágico, hacedor de destinos, hasta Esperanza Aguirre, quien había sido avisada de que el «ticket» con González era un impedimento y que el día de autos publicó un artículo de ínfulas éticas en el mismo diario del «scoop». No podemos sino hacer conjeturas y acercar un palo, con precaución, al despojo de mandíbula batiente. Pero cómo me gusta la política cuando se vuelve así de puerca mientras pone cara de yo no he sido.