HERMANN TERTSCH – ABC – 04/03/16
· Está tan crecida la izquierda totalitaria que, igual que «escrachea» a políticos rivales, quiere vetar a historiadores que no le gustan.
Dado cómo se están poniendo las cosas en España, convendría que todos aquellos que estiman en algo su libertad, su seguridad, su integridad y su hacienda lean y estudien bien lo que pasó en la primera mitad del siglo XX en España y toda Europa. Más que nada, para que no se sorprendan. Y sobre todo para que no les engañen. Eso sí, lo de leer y estudiar háganlo pronto. Porque, como algunos se salgan con la suya, habrá pronto limpieza en las librerías.
De ahí solo hay una mala siesta hasta las piras de libros en Cibeles dirigidas por decenas de guillermozapatas felices de limpiar anaqueles de ponzoña fascista y reaccionaria. Si no hay un milagro y la UE entra realmente en ese proceso de descomposición que tanto se anuncia, los países europeos recuperarán la soberanía necesaria para los peores disparates. En España sabemos cuáles son. Ayer se supo que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) intenta impedir una conferencia del historiador Stanley Paine ante el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden). El título anunciado es «Es camino hacia el 18 de julio».
La AMRH es una organización fundada en el año 2000, fecha que, con la llegada de Zapatero a la jefatura del PSOE, es el Año 1 del Triunfo de la Revancha. Su gran impulso se produjo el 11 de marzo de 2004 con las bombas de Atocha y la inmediata llegada a La Moncloa de esa Memoria Histórica. Hoy, un PSOE desnortado y radicalizado y los hijos del revanchismo ultra de Zapatero que son la masa de Podemos, en alianza con separatistas y revanchistas, tienen posibilidades reales de consumar la destrucción de la democracia de la Constitución de 1978 y la creación de un nuevo régimen.
Ese proceso apenas se vio importunado por los cuatro años de gobierno que la crisis económica brindó al centro-derecha líquido de Mariano Rajoy. Organizaciones de la izquierda revanchista como AMRH han sido eficaces para lograr, con un permanente bombardeo ideológico, la abrumadora hegemonía del discurso de la izquierda revanchista. Gracias también al material educativo y las televisiones públicas y privadas y una inmensa mayoría de medios y periodistas militantes o dóciles. Y gracias a la inanidad dolosa de la derecha aún gobernante. Para la izquierda española, imponer su versión de la historia vuelve a tener ahora máxima prioridad.
Dicen los comunistas de AMHR que Stanley Paine se ha vuelto facha en los últimos años. Y que tiende a explicar que los golpistas del 18 de julio no eran una cuadrilla de criminales en una conspiración de cuatro ricos, cuatro obispos y cuatro generales que querían oprimir a todo un pueblo feliz que gozaba de una inmaculada democracia en una impecable república. Tiene la mala costumbre Paine de recordar cómo llegó la II República con el humo negro de los conventos madrileños y cómo después de la Sanjurjada fueron los socialistas y los separatistas los que dieron golpes de Estado contra la República. Al final, la República fue secuestrada en una cheka de Stalin. Cuenta Paine la historia de una forma que no exime de culpas a nadie, pero que se niega a las caricaturas que la historia frentepopulista quiere convertir hoy en versión forzosa.
Está tan crecida la izquierda totalitaria en España que, igual que acosa y «escrachea» a políticos rivales, llama al «bullying» contra periodistas y agrede a conferenciantes judíos en las universidades, quiere vetar a historiadores porque no le gustan. Si lo consiguen sin resistencia, pronto nadie se atreverá a exponer un libro que no defienda la mentira obligatoria. Y seremos criminalizados todos los que no nos integremos en su coro de la mentira.
HERMANN TERTSCH – ABC – 04/03/16