Las reticencias de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) a apoyar en el Parlament la elección de Miquel Iceta como senador autonómico, paso previo a su nombramiento como presidente de la Cámara Alta, es solo la punta del iceberg del dilema que tiene ante sí Pedro Sánchez: ¿Cómo gobernar con alguien que te deja tirado a las primeras de cambio? ¿Y si no gobierna con los republicanos… con quién?
Porque, en el posible gobierno «de izquierdas» con el que sueñan Unidas Podemos y no pocos en el PSOE –«¡Con Rivera no!», gritaban las bases socialistas el 28-A en la calle Ferraz-, el papel de la formación que preside el encarcelado Oriol Junqueras resulta fundamental.
Sin los 15 diputados independentistas, Sánchez y Pablo Iglesias solo suman 165; suficientes, para sacar adelante la investidura en segunda votación con el apoyo, eso sí, del PNV (6 escaños) e incluso del diputado del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), José María Mazón, formaciones que no son de izquierdas, pero absolutamente insuficientes para empezar a gobernar al día siguiente.
ERC aspira a cobrarse con Iceta un ‘adelanto’ del precio total por el apoyo a la investidura y a la gobernabilidad que necesita Pedro Sánchez
Así que todo hace indicar que ERC, aunque finalmente dé vía libre a la elección de Iceta como senador autonómico, ha querido mandar a su potencial socio de La Moncloa un mensaje claro: conviene no equivocarse; que una cosa es que a PP, Ciudadanos y Vox no les den los números y puedan presentar una moción de censura en los próximos cuatro años, 147 escaños, y otra que su apoyo a Pedro Sánchez vaya a ser gratis et amore.
De momento, ya ha deslizado que el adelanto para sacar al primer secretario del PSC del limbo político en el que está ahora mismo es, nada menos, que la libertad provisional de los presos Junqueras, Jordi Sánchez, Josep Cuixart, Josep Rull, Jordi Turull, Joquim Forn, hasta que el Tribunal Supremo dicte sentencia. Y aunque estuviera en su mano, que no es el caso, la respuesta para cualquier presidente del Gobierno que se precie es obvia: NO.
Tenía razón Sánchez cuando dijo que no piensa en gobernar con los independentistas catalanes porque «no son de fiar»; el problema es que sin ellos su gobierno «de izquierdas» solo con Podemos se esfuma. Y con el PNV, PRC, incluso con ese Ciudadanos del odiado Albert Rivera para asuntos como la eutanasia, ya saben, la ‘geometría variable’ es otra cosa. Pablo Iglesias lo sabe… por eso aprieta.