La Moreneta gioconda. Endarrera aquesta gent, tan ufana i tan superba

Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 21/10/12

Es el no parar. Un historiador catalán, llamado Espejo ha escrito un libro para demostrar que Leonardo da Vinci se inspiró en La Moreneta para pintar La Gioconda. Y nosotros creyendo tantos años que el artista había retratado a la esposa de Francesco di Bartolomeo del Giocondo, dama de la nobleza florentina que  fue conocida en su época como Lisa Gherardini, Lisa del Giocondo y Mona Lisa.

Aun en contra de su intención, el magazine de El Mundo ha traído la prueba incontestable de la verdad en su portada. No se trata, como dice el titular de la publicación, de una princesa italiana descendiente de la Gherardini; muy al contrario, se trata de una ascendiente: ni más ni menos que la Moreneta; a su lado el retrato que le hizo Da Vinci. Al verlo esta mañana, he vuelto a sentir la misma convicción que hace tres años me llevó a comparar al entonces presidente José Luis con Barack Obama, cuando el primero y su aparato propagandístico empezaron a difundir las similitudes entre ambos mandatarios, mayormente por la color. Lo mismo pasa con la virgen de Montserrat y su retrato en lienzo: Las dos son subsaharianas, dicho sea con el debido respeto.

Otro voluntarioso entretenido, Jordi Bilbeny, uno de los impulsores de la teoría de Colón catalán, trae aquí otra prueba de la influencia catalana en el mundo moderno: La bandera de EEUU está copiada de la senyera.

(Traducción de Verónica Puertollano)

Las reflexiones sobre la bandera de Estados Unidos nos pueden dar más de un susto. Respira y relájate, porque las conclusiones son bastante impresionantes.

Cuando nos preguntamos en qué bandera europea se inspira la de Estados Unidos de América, solo podemos recurrir a cinco banderas, porque entonces eran cinco los estados que habían tenido una relación predominante y directa con el Nuevo Mundo. Por tanto, ¿qué bandera inspiraría la de EEUU? ¿La inglesa? No. La francesa, tampoco. ¿La portuguesa? Jamás. ¿La castellana? [La castellana es esta, pero en 1861 tendría que haber escrito ‘la espanyola’, que también debieron copiársela a Catalunya] Ni pensarlo. Todas estas banderas son muy diferentes a la americana y habrían hecho falta cambios más profundos para que llegasen a dar la actual senyera yanqui. Las leyes de la vexilología tampoco lo habrían permitido.

Entonces, ahora que sabemos por mis investigaciones, y por los matices que han añadido un montón de investigadores en ámbitos muy diversos, que el nuevo continente fue descubierto, conquistado, evangelizado y poblado por catalanes y que los escudos y banderas catalanas aparecían en multitud de planisferios, mapamundis y cartas de navegación; en múltiples grabados, pinturas, libros, banderas (tanto de naves como de ejércitos), ahora es más fácil interpretarlo: la bandera de EEUU solo tiene la bandera catalana como referencia. Barras rojas idénticas. Si, además, miramos hacia atrás en el tiempo, veremos como estas barras se van reduciendo a cinco, cuatro, tres y dos.

Hay escudos americanos y banderas americanas que son un calco de las catalanas, con el único cambio del oro por la plata. E, incluso, en algunos grabados del siglo XVI, que relatan las primeras conquistas en el Nuevo Mundo, todavía encontrar a las tropas catalanas luchando con esta misma bandera con palos gules sobre plata.

Armand de Fluvià, cuando le sugerí la posibilidad de que la plata pudiese simbolizar la “república”, dijo que no había ninguna ley heráldica que lo demostrase. Y posiblemente sea cierto. Y digo posiblemente, porque tanto la vexilología como la heráldica, por mucho que tiendan a dar una visión científica del estudio de las banderas y del arte del blasón, no son una verdad categórica, absoluta e inamovible.

Ahora bien: es evidente que si la catalana con el oro era una bandera real, y lo que se quería construir era una república, y la bandera resultante de esta república es idéntica a la real, pero con el oro cambiado, lógicamente se puede deducir que la plata podría ser el metal de la república, o una de las brisuras con que una futurible república catalana se podría haber dotado.

De hecho cuando se proclama la república española, también, se producen cambios de color en la bandera.

Se introduce el morado de Castilla, porque hasta entonces los colores castellanos no se habían tenido en cuenta en la elaboración de la simbología política española. Es decir, que el cambio de color es una manera como otra cualquiera de dar a las banderas un contenido político nuevo o diferente.

Sea como sea, y al margen de si el oro real se transformó en plata republicana, lo que queda patente al observar a simple vista la bandera americana es que es un calco evidente de la catalana. Queda patente que la bandera americana no se puede comprender sin el patrón catalán.

Jordi Bilbeny

El nacionalismo vasco, como todos, ha sustentado tonterías analógicas, pero, a diferencia de su equivalente catalán, o bien las externaliza, para que las bobadas las escriban otros, o se limita a mantener, en el rango de leyenda, las estupideces autóctonas, ya redimidas  por el tiempo. Como ejemplo de lo primero, un impagable libro escrito por Mark Kurlansky, ‘La historia vasca del mundo’ (equivalente al mapamundi de Bilbao):

“En 1505, el guipuzcoano Juan López de Lazcano,  encargó un barco con un baño de metal en las cuadernas que anticipaba en varios siglos los buques de guerra acorazados. En 1543, un ingeniero vasco, Blasco de Garay, propuso a Carlos I un barco propulsado por una rueda gigante que se movía accionada por la fuerza del vapor de agua hirviendo.” [Faltaba un par largo de siglos para que Watt inventase la máquina de vapor, no diré más.]

El jesuíta Manuel Larramendi escribió en 1729 que todos los idiomas del mundo eran derivaciones de la lengua vasca, ya que era el euskera el idioma que hablaron Adán y Eva en el Paraíso Terrenal. Tal como cuenta el historiador Javier Corcuera, su teoría tuvo continuadores: “Juan Bautista de Erro publicó en 1815 “El mundo primitivo o examen filosófico de la antigüedad y cultura de la nación bascongada”. La obra de Erro insiste en que la lengua primitiva fue infusa directamente por Dios al hombre y no creada por éste, y que este idioma primitivo creado por Dios y hablado en el Paraíso fue el euskera, mantenido tras la confusión de lenguas en Babel, salvado del Diluvio universal por Noé y traído al País Vasco por Túbal…”

Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 21/10/12