Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
Debe de ser cierto lo que dicen quienes saben de esto de las elecciones –o mejor dicho los que dicen que saben de esto de las elecciones–, cuando afirman que esta vez no va de economía. De no ser así, ni siquiera haría falta celebrarlas, tal es el aplastante monto de dádivas y mercedes que, en aras del progreso, hacen los tres partidos progresistas que han formado el Gobierno estos cuatro últimos años (PSOE, Podemos y Yolanda) y que se han trasmutado ahora en 16 (PSOE y los 15 sumandos de Sumar) que se proponen seguir gobernando el progreso de la nación. Entre lo que ya han dado: subidas del 8,5% de las pensiones, alza de los salarios de los funcionarios, bonos energéticos, ayudas a las hipotecas y a las viviendas, subvenciones al transporte, bonos juveniles, rebajas de los carburantes, del IVA de algunos alimentos… y lo que ofrecen ahora en esta campaña: la herencia universal, los 200 euros/mes por hijo, la jornada reducida sin merma de salario, los aumentos de las bajas maternales (y paternales, claro) el incremento de las ayudas hipotecarias etc, el pobre Feijóo se ha quedado sin sitio en el patio para jugar.
¿Qué puede ofrecer, el pobre, que supere esta oferta, máxime cuando las encuestas le conceden amplias probabilidades de tener que pagarla si gana? Oiga, y todo ello gratis, a cambio de nada, sin pedir una sola contrapartida. Todo son nuevos derechos y, menos mal, ya nadie se acuerda de los antiguos deberes, ni de los caducos esfuerzos, ni de los inútiles méritos.
A mí lo que más me ha gustado de todo es esa oficina de ayuda a los hombres en crisis que ofrece la incombustible Yolanda. Pienso ponerme el primero en la cola. Llevo en crisis desde que cumplí los 50, hace ya tanto… Pero no sigo porque temo que no me acepten en la lista y, en cambio, me incluyan en la de los periodistas que serán expulsados de la carrera por desinformar. Hasta que no sepa quien lo va a decidir… a temblar.
En serio, ¿qué podría ofrecer Feijóo? Lo de sangre, sudor y lágrimas, le quedó muy a Churchill, pero no creo que la gente este predispuesta a participar en el entusiasmo que tan anticuado mensaje suscitó en aquel Reino Unido gris y bombardeado por la aviación alemana. ¿Entonces? Una posibilidad es recordar lo que todo ese progreso nos ha costado: 350.000 millones más de deuda, a los que añadir las decenas de miles de millones recibidos de la UE. Pero me parece que eso tampoco sensibiliza a los ciudadanos, convencidos como están de que esa deuda no la pagará nadie, nunca. Quizás podría recordar que, a pesar de tal derroche de generosidad, el Banco de España ha informado esta misma semana de que la legislatura se salda con 376.000 hogares más (hasta un total de 1,7 millones) que no pueden pagar ni sus gastos más básicos. O tal vez podría envolver su cicatería en lo dicho por la propia AIReF que ha instado esta semana a Hacienda a actuar ya y fijar topes de gasto a todas las administraciones, para evitar que el Estado vulnere las reglas de la UE en 2024, ante el desbarajuste de gasto propiciado por el adelanto electoral y la campaña en curso. Podría, pero, ¿piensa usted que a Sánchez, a Díaz y a todos los propulsores del progreso les importa eso un comino? Ellos están a otras cosas más importantes, como a propulsar más el progreso y a garantizar que el ogro Vox no infecte y manche las alfombras de unos ministerios que el oso comunista ha dejado, al parecer, impolutas.
Feijóo, lo ha dicho, espera que el crecimiento de la economía y la creación de empleo que inducirá su triunfo electoral le proporcione el flujo de dinero necesario para evitar los recortes y, a la vez, cumplir con Europa. Una esperanza… que será muy difícil de materializar. Otro dato de esta misma semana: El Banco de España asegura que detecta un repunte del ahorro que podría empujar al consumo. Pero la Agencia Tributaria asegura que la recaudación del IVA ha caído en mayo casi un 4% con respecto al año anterior. Alguien podría pensar que ¿la moto se gripa?