RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 13/10/15
· ¿Cómo alguien que se apoya en quienes justifican a ETA para presidir un Gobierno puede ir a un homenaje a un asesinado?
Imanol Mirena Haramburu Karrera, otrosí Manuel María Aramburu Carrera, ya apuntaba maneras en el año 1988. Tantas, que fue detenido por ser el cabecilla del comando Ortzadar de ETA. Lo de Ortzadar suena muy bucólico porque en castellano se traduce como arco iris. Para poner en práctica ese arco iris, Haranburu y sus adláteres disponían, en un piso de la localidad navarra de Cizur, de un arsenal de armas como un subfusil, tres pistolas, ocho kilos de amonal, trilita, dos granadas y detonantes.
Todos los elementos que deben de ser necesarios para hacer un arco iris deslumbrante. Al pobre Haramburu, que debe de ser un mártir y un incomprendido, la Justicia le condenó a veintiún años de cárcel. Con las bonificaciones correspondientes, hace tiempo que quedó libre.
El pasado viernes 9 de octubre, la presidenta del Gobierno navarro, Uxúe Barkos, por medio de su consejero de Educación, José Luis Mendoza, nombraba a Imanol Haramburu jefe del Negociado de Escuelas de Idiomas y Acreditación del Departamento de Educación. Es decir, lo hizo encargado de firmar la capacitación o no de cada profesor para impartir clases de idiomas. En teoría, poco se puede objetar, porque Haramburu ha cumplido con la Justicia. Pero cabe preguntarse si este tipo que después de salir de la cárcel siguió en el entorno etarra en organizaciones como Autodeterminaziorako Bilgunea, que en su momento fue ilegalizada, es el ejemplo de probo cargo público que desea Barkos.
El pasado 23 de septiembre la viuda, los hijos y los padres del guardia civil Juan Carlos Beiro acudieron a homenajearlo, un año más, a la localidad de Leiza, en el corazón de la Navarra euskadizada. Beiro había sido asesinado allí mismo, con una bomba trampa, trece años atrás. Sin haber sido invitada al acto, se presentó en el mismo la presidenta Barkos. Y eso fue demasiado para la viuda, que en sus palabras señaló que en el acto había «personas que hasta hoy nunca habían venido a este homenaje (…). Me pregunto cómo alguien que se apoya en quienes justifican a ETA para presidir un Gobierno puede venir a un homenaje a un asesinado». Pero ante la descarnada denuncia, Barkos se creció y espetó a la viuda: «Que sepas que tengo la conciencia muy tranquila».
Ayer, en la celebración de la Fiesta Nacional faltaron tres presidentes que, con su ausencia, querían hacer una manifestación de rechazo a lo que une a todos los españoles. Dos eran los habituales: los presidentes de las autonomías catalana y vasca. La tercera era novedad: la presidenta de Navarra. Así las cosas, ¿cómo no va a nombrar Barkos a un tipo como Haramburu? Afortunadamente, todavía queda en Navarra la suficiente dignidad como para que el nombramiento del etarra fuera anulado al día siguiente, pero quien lo aprobó sigue en el cargo. Con la conciencia muy tranquila. Como quienes le votaron.