VICTORIA PREGO, EL MUNDO – 07/07/15
· Todos estos años, 37, han tardado los proetarras, ayudados por los nacionalistas vascos, en saltar al cuello de la comunidad navarra para someterla al designio al que no han dejado nunca de renunciar. Y ahora tienen la primera ocasión plena de abordar su eterno proyecto. El partido más votado el 24-M fue UPN, con un 27,3% y 15 escaños, a una importante distancia del segundo partido, Geroa Bai, apadrinado por el PNV, que obtuvo un 15,8% de los apoyos y nueve diputados.
Pero la suma de todos los perdedores ha permitido un Gobierno con la impronta del nacionalismo vasco y del nacionalismo navarro vasquista, partidario de siempre de que Navarra se integre en el País Vasco. Para eso tienen todavía disponible la Disposición Transitoria cuarta de la Constitución, que ha dejado de ser transitoria y se ha convertido en permanente porque 37 años después de aprobada la Carta Magna sigue vigente. Esa disposición permite todavía que el Gobierno foral adopte por mayoría de sus miembros la incorporación de Navarra a la comunidad autónoma vasca. Decisión que tendría que ser respaldada posteriormente en referéndum.
Los navarros se han pronunciado a lo largo de estos casi 40 años a favor de mantener Navarra como comunidad autónoma preservando su régimen foral. Pero el nuevo Gobierno que se constituya, presidido por Uxue Barkos, de Geroa Bai, ha presentado ya un proyecto que no deja lugar a dudas: la euskaldunización de Navarra. Naturalmente, se pone el acento en la enseñanza, punto de partida imprescindible para un adoctrinamiento de la población que dé sus frutos pasada una década. Pero mientras tanto, se convierte el euskera en el primer objetivo para imponerlo en todos los órdenes de la vida, desde la Administración hasta los medios de comunicación, que serán beneficiados por las subvenciones públicas en la medida en que introduzcan esa lengua en sus emisiones y en sus páginas. Es un programa completo.
Estamos ante una ofensiva en toda regla que parte de una constatación evidente: mientras no se imprima en el ánimo de la población la idea de que más vale decirse euskaldún que sólo navarro, y no digamos sentirse español, por las consecuencias incómodas que eso pudiera acarrear a cada ciudadano, no será posible abordar el gran objetivo de los radicales y los nacionalistas asociados: aproximar Navarra al costado del País Vasco hasta que los límites entre ambas comunidades se diluyan de manera progresiva e incesante y la ósmosis resultante las conviertan al final en una sola. En ese proceso están dando los primeros pasos.
Ésta ha sido la mayor derrota sufrida tras las elecciones del 24-M por los constitucionalistas. No hay fracaso más dramático que el padecido en Navarra, ninguna pérdida de poder autonómico o municipal tiene la gravedad del que se ha registrado en Navarra. Porque es ahora cuando empieza el mismo plan de inmersión que los nacionalistas catalanes han llevado a cabo durante décadas sin que en todo ese tiempo los gobiernos de España hayan dado muestras de enterarse del calibre del desafío. Ahora que ya hemos visto la envergadura del error cometido por los defensores del espíritu de la España constitucional, constatamos con consternación el inicio de un segundo proceso en Navarra a manos del nacionalismo vasco y de las fuerzas radicales.
VICTORIA PREGO, EL MUNDO – 07/07/15