La oposición acusa al Gobierno vasco de relegar a las víctimas y romper consensos

EL CORREO 09/05/14

· El PSE, PP y UPyD vuelven a trasladar sus recelos hacia el equipo de la Secretaría de Paz y Convivencia, mientras el PNV defiende la gestión de Jonan Fernández

La Secretaría de Paz y Convivencia volvió ayer a situarse bajo el foco crítico de la oposición. Los partidos escenificaron en el pleno del Parlamento vasco un nuevo cruce de reproches con el PNV debido a la política desempeñada por el Gobierno de Iñigo Urkullu en esta materia. Con especial hincapié en la atención o, según denunciaron, la falta de ella, a las víctimas del terrorismo. El PP y UPyD unieron fuerzas para solicitar –ya lo habían hecho con anterioridad– la destitución de Jonan Fernández, mientras que los socialistas, aunque no llegaron a ese extremo, vieron difícil llegar a la senda del acuerdo de la mano del excoordinador de Elkarri. Desde EH Bildu prefirieron no pronunciarse sobre su gestión. Ahora bien, reiteraron su oposición al plan de paz del Ejecutivo, cuyo autor es el propio Fernández.

Las aguas bajaban revueltas desde principios de abril. La decisión del lehendakari de cesar a Txema Urkijo como asesor de Víctimas por sus discrepancias con el secretario de Paz y Convivencia, su jefe directo, no tardaron en despertar las críticas de la oposición, salvo por parte de la coalición abertzale. El PSE, PP y UPyD veían confirmado su temor a un «escoramiento» del Gobierno vasco hacia las tesis de Sortu y situaban detrás de este viraje a Jonan Fernández. El nombramiento de la exparlamentaria de Aralar Aintzane Ezenarro y del funcionario Enrique Ullibarriarana como sustitutos de Urkijo tampoco sirvió para templar los ánimos.

La polémica resurgió ayer. El PP y UPyD consensuaron una proposición en la que instaron al Ejecutivo de Vitoria a conformar un nuevo equipo en la Secretaría de Paz y Convivencia, en el que tengan cabida personas «reconocidas por su trayectoria de apoyo a las víctimas del terrorismo». Un equipo, remarcaron, que asuma como objetivo principal la reparación, la memoria y la dignidad de los damnificados, que apueste por «el relato cierto de los hechos ocurridos» y luche contra la impunidad. El texto no salió adelante al no contar con el respaldo del resto de grupos. Pese a ello, los populares aprovecharon su intervención para denunciar que desde el Gobierno vasco se «rebaje la exigencia» en la tarea de deslegitimar el terrorismo y emplazaron a Urkullu a «tomar las riendas» para «unir a quienes rechazan la violencia y no para sumar a quienes la minimizan», expresó Carmelo Barrio, en alusión a EH Bildu.

«Acusaciones injustas»
Los socialistas no fueron tan lejos. Evitaron reclamar la destitución de Jonan Fernández, cuyo nombramiento en su día tampoco vieron con buenos ojos. Eso sí, cuestionaron con dureza su capacidad de tejer consensos. El parlamentario del PSE Rodolfo Ares dio por rotos los acuerdos en materia de paz y convivencia fraguados en la pasada legislatura. «Es algo que nos preocupa y que debería preocupar al lehendakari», subrayó. Tras asegurar que muchas víctimas del terrorismo «se sienten hoy más alejadas del Gobierno vasco que en el pasado», Ares reclamó liderazgo a Urkullu para «recuperar» la senda del consenso. «Usted fue una pieza fundamental para conseguirlos y sabe que puede contar con nosotros desde la firmeza democrática y el cumplimiento del suelo ético que todos menos algunos hemos compartido y aprobado», añadió.

EH Bildu, por su parte, rechazó entrar a valorar la gestión de Jonan Fernández al frente de la Secretaría de Paz y Convivencia, si bien recordó sus críticas al plan de paz, que «jerarquiza violencias y víctimas».

El PNV, como ya lo hiciera en reiteradas ocasiones el lehendakari, salió en defensa del excoordinador de Elkarri, al tiempo que echó en cara a lPSE, PP y UPyD que censuraran al Gobierno vasco por tener «relegadas» a las víctimas «y no concretar nada más». «Esas acusaciones son injustas y, además, incorrectas», replicó Joseba Egibar.

El portavoz jeltzale remarcó que su partido asumió el contenido del suelo ético; concretamente, que «el fin de la violencia no suponga pasar página sin una clarificación y una crítica expresa», así como que «el honor de las víctimas no quede relegado por una mirada al futuro que se olvida de lo ocurrido». Egibar lamentó que con los discursos de la oposición «se alimenta una vuelta al pasado» y aseguró que el PNV luchará contra los intentos de «reescribir una historia justificadora de la violencia».