Miquel Giménez-Vozpópuli
- La Generalidad autoriza saltarse el confinamiento municipal si vas a un mitin durante la campaña. Eso es, como poco, imprudencia criminal
Es decir, que si usted no ve hace tiempo a sus padres, a sus abuelos, a sus hermanos, sobrinos, nietos, amigos, amantes o conocidos por el confinamiento perimetral, ya tiene la solución. Quede con ellos en un mitin. El gobiernillo de gestoría de Pere Aragonès y sus mariachis le brinda la oportunidad de, en medio de una durísima tercera ola de la covid-19, saltárselo todo a la torera siempre que sea por acudir a un acto de campaña. Basta con hacerse uno mismo un certificado de autorresponsabilidad. Total, si estos fueron capaces en el butifarréndum de llevarse las urnas de casa con las papeletas dentro y de que el recuento fuera supervisado por ellos mismos, no vendrá de un certificado que diga “Soy más responsable que el ángel de la guarda de los Kennedy”.
La primera conclusión es que en Esquerra y Junts per Cat se han vuelto locos. No es posible que la gente se traslade de un sitio a otro, se junte en un acto público y no pase nada. Insisto, están locos. En segundo lugar, cuéntele usted al propietario de un bar que tiene que cumplir no sé cuántas reglas – la mayoría estúpidas – y que ha de ser solidario en tiempos de pandemia pagando religiosamente todos los impuestos que, además, han subido, que se puede ir a la otra punta de Cataluña si va al mitin de fulano o mengana. Pero cuénteselo desde lejos, porque es capaz de meterle por el galillo tres servilleteros.
La primera conclusión es que en Esquerra y Junts per Cat se han vuelto locos. No es posible que la gente se traslade de un sitio a otro, se junte en un acto público y no pase nada.
¿En qué cabeza cabe? ¿Perseguimos el botellón y las fiestas privadas en casas, cosa que me parece muy bien, pero dejamos que los políticos se autoexcluyan de las reglas? ¿Es la misma Generalidad que pedía un confinamiento más duro, que llegará en cuanto pasen las elecciones, ya lo verán, la que ahora levanta el confinamiento municipal? ¿Son los mismos que se pasan el día diciendo que la culpa es nuestra, que no respetamos distancias sociales, uso de mascarilla, reuniones y demás quienes nos aseguran que se puede ir a un mitin sin que pase nada?
No tienen vergüenza. Esta gente, entre la que está el candidato Illa, hasta hace dos días ministro de Sanidad, no lo olvidemos, carece de la menor empatía hacia nada que no sea su prebenda, su mamandurria, su teta generosa en la que amorrarse, sus negocietes, sus subvenciones a colegas, su enorme y tremendo edificio con cimientos de 3%. Y muchos podrán decir que en Portugal bien que se han celebrado elecciones, pero es que, lo digo con todo el dolor de mi corazón, hasta nuestros hermanos lusos nos pasan la mano por la cara en lo que a gestión de la pandemia se trata. Bravo por ellos, pero lástima por nosotros, porque mucho me temo que pase lo mismo que pasó el ocho de marzo pasado.
¿En qué cabeza cabe? ¿Perseguimos el botellón y las fiestas privadas en casas, cosa que me parece muy bien, pero dejamos que los políticos se autoexcluyan de las reglas? ¿Es la misma Generalidad que pedía un confinamiento más duro?
El gobierno no desconvocó la manifestación aunque tenía elementos suficientes para hacerlo, puesto que conocía muy bien lo que suponía aglomerar tanta gente. Actuaron por interés partidista. Igual que estas elecciones, ideadas para ver quién se queda el trono de la taifa llamada Cataluña. Sánchez quiere despejar la ecuación catalana lo antes posible y asegurarse la mayoría en el Congreso. A Borrás y sus neo convergentes hiperventilados, esos que no paran de insultar a los demás, ya les va bien, porque cuanto antes se acaben de desligar de sus socios entrañables hasta cuatro días mejor; a Esquerra le va de molde, porque quieren meter en el cuarto de las ratas a los de Puigdemont y ser ellos los únicos con patente de corso en materia de separatismo; de los socialistas, qué voy a decirles, ya han demostrado que la gente les importamos un pijo, que decimos en la tierra de mi padre.
Al resto de partidos, como no se juegan demasiado porque en Cataluña la gente vota a cabezazos y no con la cabeza, lee hago un ruego: que todos los candidatos insten un pacto en el que se comprometan a no celebrar un solo acto público. Todo por vía telemática, ese método con el que nos tienen confinados a la mayoría de autónomos. Ruego que servidor, que no es nadie, le hace a Alejandro Fernández, a Carrizosa, a Ignacio Garriga, incluso a podemitas y cupaires.
Cuando en marzo las estadísticas de contagio, el paro, la ruina del país y la desmoralización total del sistema sanitario, al borde de quebrar, sean evidencias palmarias, nos dirán que no se podía saber.Malditos. Malditos seáis.