Opinión, EL MUNDO, 28/6/11
LA DECISIÓN de la alcaldesa de Andoain, de Bildu, de revisar su postura sobre la prohibición de dejar entrar a escoltas en el Ayuntamiento no se ha traducido aún en nada concreto. Al contrario, ha devenido en una imagen surrealista, rayana en el absurdo, la de una reunión en los soportales de la Casa Consistorial que a todas luces se tenía que haber celebrado dentro. La actitud de Ana Carrere provocó que el encuentro con el portavoz del PSE, Estanis Amutxastegi, tuviera lugar de pie, en plena calle. El edil socialista se negó a entrar si no lo hacía con su escolta y la alcaldesa no hizo excepciones, aunque se avino a estudiar una solución intermedia aportada por Amutxastegi, que propuso que un guardaespalda revise siempre el edificio antes de la llegada del escoltado y luego lo abandone. Puede ser esa fórmula u otra. Lo que resulta inaceptable es que Bildu cierre los ojos a la persistencia de ETA, dando por conquistada una normalidad aún inexistente y sin ponerse en la piel de los amenazados.
Opinión, EL MUNDO, 28/6/11