La ponencia de autogobierno inicia las comparecencias a la espera de Escocia y Cataluña

EL CORREO 29/05/14

· El abogado y juntero del PNV Xabier Ezeizabarrena defiende la soberanía compartida y el catedrático Manu Montero, llamado por UPyD, la vía autonomista

Nada nuevo bajo el sol. La ponencia de autogobierno del Parlamento vasco reanudó ayer sus trabajos tras el obligado paréntesis de la campaña europea. Aunque, en la práctica, más bien los inició, porque hasta ahora los integrantes del foro que debe discutir sobre la posible reforma del Estatuto de Gernika se habían limitado a solicitar informes y a fijar el calendario y la agenda de expertos y políticos que desfilarán por la Cámara vasca en esta primera fase a puerta abierta.

La primera jornada de comparecencias dejó claro que el debate preliminar, que durará como mínimo hasta las elecciones municipales y forales de la próxima primavera, no aportará grandes novedades ni especiales sobresaltos. Al margen de algunas citas con indudable morbo periodístico, como la de Arnaldo Otegi –la Cámara vasca ha solicitado permiso para que pueda abandonar la prisión para hablar en la ponencia– o la visión desde otro ángulo que puedan aportar los observadores extranjeros, las intervenciones de los expertos parecen llamadas a reproducir las tesis ya conocidas de los respectivos partidos que les invitan.

En realidad, las fuerzas políticas han medido bien su estrategia a la hora de poner en marcha una ponencia cuyo arranque el PNV pactó con el PSE con la intención de que transcurriera por cauces tranquilos, al menos hasta que se conozca el desenlace y/o desarrollo de los procesos soberanistas en Escocia y Cataluña. El Gobierno vasco y el PNV han asumido que si el ‘sí’ triunfa en el referéndum escocés de independencia del 18 de septiembre, la pulsión soberanista se reactivará en Euskadi, en paralelo a la fecha de la consulta catalana, prevista para el 9 de noviembre. Si, en cambio, Escocia permanece en el Reino Unido o la cuestión catalana toma otros derroteros –hacia el pacto con el poder central, por ejemplo–, el debate será diferente.

De momento, toca esperar, y, de hecho, pese al gran resultado del nacionalismo en su conjunto que han arrojado los comicios europeos y la pujanza de EH Bildu –que sigue presionando al PNV para que se retrate, hoy mismo, con una iniciativa parlamentaria en defensa de la autodeterminación–, los jeltzales han dejado claro ya que no piensan «pisar el acelerador» ni echarse al monte. Su intención, y la del lehendakari Urkullu, es que el debate, de perfil bajo, siga depositado en la ponencia de autogobierno. Cosa distinta será cuando en vísperas electorales y con las incógnitas escocesa y catalana despejadas ya, arranque la fase de redacción del texto articulado, a puerta cerrada.

Visiones contrapuestas
De momento, las comparecencias de ayer ofrecieron dos visiones contrapuestas del marco vigente. El primero en hablar fue el profesor de Derecho Autonómico y Derecho Administrativo de la Universidad de Deusto Xabier Ezeizabarrena, a la sazón juntero jeltzale en Gipuzkoa y exconcejal del PNV en San Sebastián. Como no podía ser de otra manera, el docente y abogado expuso unas tesis calcadas a las de Iñigo Urkullu.

Para Ezeizabarrena, la reforma estatutaria debe encaminarse hacia un modelo de «soberanía compartida» entre Euskadi y el Estado, en un régimen de bilateralidad que, jurídicamente, estaría soportado en los derechos históricos amparados por la propia Constitución. Esos derechos históricos deberían ejercerse, a su juicio, no de forma unilateral, sino sobre la base de un acuerdo, primero interno y después con el Estado, basado a su vez en un sistema de garantías mutuas para evitar incumplimientos.

A continuación, fue el turno del Catedrático de Historia Contemporánea de la UPV y exrector de esa universidad Manu Montero, invitado por UPyD. Desde su punto de vista, el Estatuto, que ha permitido 34 años de «convivencia democrática» en Euskadi, goza de «buena salud» y, por lo tanto, pueden introducirse cambios para mejorarlo, pero «sin grandes urgencias». De hecho, Montero, para quien la alternativa a la vía autonomista no es otra que la ruptura con España, recalcó que, según las encuestas, solo un 3% de los vascos considera el nuevo estatus una prioridad. Mientras, Egibar le insistió en que el problema es que los ciudadanos de Euskadi «no tenemos derecho a constituirnos en comunidad nacional».