EL MUNDO – 18/01/15
· La diputada Ugarte y los etarras Zabarte, Agirre y Letona despiden al carcelero de Ortega Lara.
Enrique Letona, Jon Agirre Agiriano y Juan María Zabarte, el carnicero de Mondragón, suman entre los tres 29 asesinatos. Ayer acompañaron en su último adiós a Jon Uribetxeberria Bolinaga, condenado por otros tres asesinatos, y el secuestro de Ortega Lara. Al multitudinario funeral civil, planificado hace un mes por Sortu y los familiares del etarra, también acudió la diputada y portavoz de Bildu, Larraitz Ugarte.
Los etarras Letona, Aguirre Agiriano y Zabarta no estuvieron solos. El parque Aldai de Mondragón, en el que familiares y amigos celebraron el funeral civil de Bolinaga, estuvo abarrotado por cientos de personas, entre las que la izquierda abertzale también quiso estar presente. Lo hizo con un perfil discreto. A la portavoz de la Diputación de Guipúzcoa, Larraitz Ugarte, se sumaron el histórico Tasio Erkizia y el alcalde de Arrasate, Inaxio Azkarragaurizar, ambos de Bildu.
En los alrededores de la plaza el anagrama de ETA, el hacha y la serpiente, también estuvo presente, pintado en diversos lugares, en el adiós a Bolinaga. Decenas de pancartas en contra de la dispersión de los presos de la banda marcaron gran parte del acto. En él no hubo gritos de apoyo a la banda, sólo en favor de la vuelta de sus «presos políticos».
Pero a Bolinaga no le faltaron honores y reconocimientos de los suyos, los sones de la txalaparta, los versos amables de los bertsolaris o el aurresku de honor entre sollozos de la dantzari. Tampoco puños en alto, besos al féretro, lágrimas emocionadas y madres llevando a sus hijos a honrar el féretro del etarra. «Estamos orgullosos de haber sido tus amigos. Estás ahí arriba, contigo ha nacido una nueva estrella en el cielo de Euskal Herria y desde ahí seguirás guiándonos», aseguró uno de sus amigos en la lectura del manifiesto de despedida. En el escrito se arremetió contra la política penitenciaria y se incidió en «denunciar lo que han hecho contigo, Iosu».
Un pasillo de ikurriñas con crespones negros había recibido a Bolinaga. El mismo que recorrió de regreso a los sones del Eusko Gudariak a hombros de algunos de sus antiguos compañeros de militancia, como Jon Agirre Agiriano. Un lauburu, una ikurriña y el lema en contra de la dispersión decoraron el féretro depositado en el centro de la plaza, junto a una imagen de Bolinaga sonriente.
El tema Hemen gaude (aquí estamos) del grupoKen Zazpi ambientó la ofrenda floral que los organizadores evitaron que fuera condicionada por la presencia de los medios de comunicación. Obligaron a periodistas, cámaras y fotógrafos a quedarse lejos del parque público que acogió el funeral, «es un acto privado».
El calendario es caprichoso.
Hacía justo 19 años –el 17 de enero de 1996– a escasos cientos de metros de ahí, en uno de los bajos de las muchas empresas de Mondragón, comenzaba el largo secuestro de 532 días que sufrió Ortega Lara. Bolinaga fue uno de sus captores. Quien fuera funcionario de prisiones y hoy dirigente de Vox, José Antonio Ortega Lara, ayer deseó «que descanse en paz» a su secuestrador, cuya muerte supone un «punto y final». Hace tiempo que Ortega Lara dijo no sentir «sentimientos de revancha», que «el palo» se lo llevó cuando Bolinaga salió en libertad en agosto de 2012, ya que no entendió una excarcelación que le pareció basada en motivos políticos y no médicos.
Por la tarde, en San Sebastián, miles de personas volvieron a recordar al terrorista Bolinaga en la marcha en contra de la operación Mate de la Guardia Civil llevada a cabo esta semana y en la que se detuvo a una decena de abogados y miembros de la organización Herrira. En la misma, una gran pancarta apelaba a dar «jaque mate» al Estado español, un Estado «fascista» y «ladrón», según proclamó la parlamentaria de Bildu Arri Zulaika.
EL MUNDO – 18/01/15