La presión ambiental

TONIA ETXARRI, EL CORREO – 05/11/14

Tonia Etxarri
Tonia Etxarri

· La decisión del Tribunal Constitucional acaba de obligar a la Generalitat a frenar todos sus preparativos sobre el referéndum secesionista. Pero la presión ambiental en Cataluña es tan fuerte que Artur Mas ha decidido seguir adelante en la desobediencia legal, aunque dijo hace quince días que no lo haría.

No quiere pasar a la Historia como el político que traicionó la causa independentista y, a pesar de que traiciona su propia palabra dada, prefiere hacer oídos sordos a las indicaciones del Tribunal Constitucional y mantener toda la parafernalia de las urnas para que se celebre una consulta que, como todo el mundo ya sabe, no es para pulsar la opinión sobre la corrupción de su antecesor o sobre posibles prospecciones de gas en la Costa Brava. No. Él quiere preguntar a los catalanes, aunque no tenga competencias para ello, si desean que Cataluña sea «un Estado» y, ya puestos, si debería ser «un Estado independiente». Y en este plan.

Si en la primera suspensión cautelar de la consulta, Artur Mas acató la decisión, aunque le costara lo suyo, y traspasó la responsabilidad de organizar el festejo a las asociaciones cívicas que tanto le presionan, en esta segunda ocasión ha decidido asumir todas las consecuencias de su desobediencia.

Mas pensaba que, al no convocar la consulta a través de un decreto publicado en el BOE, el alto tribunal tendría dificultades para admitir a trámite la impugnación solicitada por el Gobierno. Pero el Estado democrático, más que astuto, es riguroso. Le ha bastado tomar nota de los abusos cometidos por la propia Generalitat para concluir que sus intenciones para el 9-N no son otras que la de emplazar a los ciudadanos catalanes (aunque se pueda colar cualquiera en las votaciones) a pronunciarse sobre la secesión de Cataluña.

Los pasos dados hasta ahora por la Generalitat han dejado más huellas en el cenicero que las que se encontraba Poirot en ‘Asesinato en el Orient Express’, de Agatha Christie. A saber: el envío de cartas a los funcionarios para que se ofrezcan voluntarios a participar en las mesas electorales, que no deja de ser un elemento de presión. Que la web siga activada con propaganda del 9-N . Y la pretensión de que los medios privados de comunicación insertaran publicidad gratuita sobre el 9-N.

Pero así está el ambiente. Con una presión ambiental tan acusada que Iniciativa per Catalunya , que en la primera fase se desmarcó de la votación calificándola de «sucedáneo de consulta», se lo ha pensado mejor. Y ahora votará. La presión ambiental va subiendo y mañana, jueves, el claustro de la Universidad de Girona debatirá sobre la posible retirada del ‘honoris causa’ a la prestigiosa magistrada Encarnación Roca por no haber discrepado del Tribunal Constitucional.

Nada será como lo imaginó Artur Mas. La elaboración del propio censo es un disparate. La constitución de las mesas sin interventores de todos los partidos, una aberración. Y que el presidente de la Generalitat, a sabiendas de que quebranta la legalidad, quiera seguir hasta el final… si incumple sus deberes como servidor público, ¿esa actitud no está tipificada en el Código Penal como delito de prevaricación?

TONIA ETXARRI, EL CORREO – 05/11/14