EL CORREO – 12/03/15
· Un funcionario de la cárcel suspendió el encuentro cuando el exlíder de LAB mostró un papel al secretario de Paz y Convivencia.
· Díez Usabiaga, condenado por el ‘caso Bateragune’, exhibió un documento de contenido «político»
· Fernández se negó a entregar las notas que tomaba de la cita por «dignidad institucional»
El secretario general de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, visitó ayer en la prisión cántabra de El Dueso a Rafa Díez Usabiaga, condenado a seis años de cárcel por el ‘caso Bateragune’. Fernández se entrevistó «con normalidad» con el exlíder del sindicato LAB en su intento por «escuchar opiniones que puedan ser relevantes para mejorar» el escenario creado en Euskadi después del cese definitivo de ETA. El encuentro duró media hora hasta que fue suspendido de forma repentina, en una decisión con dos versiones distintas.
Según fuentes del Ejecutivo de Urkullu, un funcionario «en nombre del director» del centro penitenciario reclamó a Fernández «las notas que estaba tomando» durante su entrevista. El secretario de Paz se negó «por dignidad institucional» a entregar sus apuntes y dio por finalizada la cita «en esas condiciones».
Por su parte, un portavoz de la prisión cántabra explicó que el encuentro quedó cancelado «de inmediato» cuando Díez Usabiaga mostró por el cristal que le separaba de Fernández un documento de contenido «claramente político», algo que «vulnera las normas» de la cárcel. El entorno del secretario de Paz rebajó el informe a un mero «esquema con reflexiones» del interno.
Estas son las principales discrepancias de un encuentro confirmado por las dos partes y del que se dio cuenta a primera hora de la tarde de ayer desde Instituciones Penitenciarias. La cita reunió en El Dueso a Jonan Fernández, uno de los fichajes del lehendakari Urkullu para trabajar en la consolidación de la paz, y a Rafa Díez Usabiaga, condenado junto a Arnaldo Otegi por el intento de reconstruir la ilegalizada Batasuna entre 2008 y 2009 «siguiendo las instrucciones de ETA», según la sentencia del Constitucional. En ese momento, la izquierda abertzale sentaba las bases para iniciar el giro político dado después hacia vías «exclusivamente pacíficas».
Fuentes penitenciarias informaron ayer que el encuentro entre Fernández y Díaz Usabiaga en la cárcel de Santoña contaba con autorización y que había sido solicitado por el interno. La entrevista, que comenzó sobre las 10.30 horas, se celebró en un clima calificado como «entre amigos», según los mismos medios, que resaltaron que el secretario de Paz no acudía a la reunión como «dirigente político».
Esta misma versión apuntó que tanto el preso como el visitante fueron informados de que su conversación, desarrollada en euskera, «estaba siendo grabada». En un momento de la comunicación, el recluso habría exhibido un papel de contenido «político» a Jonan Fernández, una práctica que está «totalmente prohibida» en prisión. Por ello, los funcionarios requisaron el apunte.
La versión del Gobierno vasco es muy diferente. Jonan Fernández solicitó el encuentro en calidad de secretario general de Paz y Convivencia y «en ningún caso a título personal». El delegado del Ejecutivo de Urkullu busca con este tipo de reuniones «escuchar voces y opiniones» interesantes en el contexto actual, cuando han pasado ya más de tres años del fin del terrorismo.
«Esquemas con reflexiones»
En los días previos a la cita en El Dueso, Fernández, que fue responsable de Elkarri, participó en el acto de despedida de Lokarri y en una comparecencia pública en la que anunció el encargo de dos informes para estudiar cuántas personas tuvieron que llevar escolta por la amenaza de ETA. La investigación se centrará en conocer el impacto del terrorismo en los ertzainas.
Según las mismas fuentes del Gobierno vasco, el centro penitenciario no informó a Fernández de que su conversación con el dirigente abertzale estaba siendo intervenida. Tampoco de que tomar notas estuviese prohibido. El último punto de desacuerdo con la versión de la prisión tiene que ver con el papel exhibido por el exlíder de LAB. El entorno del secretario de Paz y Convivencia aseguró que «en ningún momento» el recluso mostró un documento político, «sino dos esquemas que sintetizaban su reflexión y opinión personal sobre la situación actual», aunque no concretó más su contenido.
Los mismos medios advirtieron de que «la filtración manipulada» del encuentro «es un indicador muy revelador del significado de este incidente», que se produce apenas quince días después de que Urkullu recibiera oficialmente a Etxerat, la organización que agrupa a los familiares de presos de ETA.
EL CORREO – 12/03/15