El alejamiento sistemático de la verdad, por parte del gobierno del Sr. Sánchez, es una de las causas del desastre electoral que ha sufrido el Partido Socialista en las elecciones municipales y autonómicas del reciente 28 de mayo.
Tomemos como ejemplo una más de entre las farsas que venimos sufriendo del presidente del Gobierno: su anuncio a mediados del pasado mes de abril, en la convención municipal del PSOE celebrada en Valencia, de la salida al mercado de 50.000 viviendas de la sociedad pública Sareb a precios asequibles. Pocos días después añadió otras 40.000 viviendas para la prestación de créditos ICO baratos para los pagos de entrada en la compra de esas viviendas. Y a continuación, por si lo anterior no bastase, anunció Sánchez que el Ministerio de Defensa pondría a disposición de la población otras 20.000 viviendas también a precios modestos.
Todo aquello de las viviendas se publicitó junto con diversos anuncios de otras ayudas y subvenciones del Gobierno a la población, prácticamente en la campaña electoral. Y, visto a estas alturas de junio, es como si hubiera transcurrido una eternidad, tanta distancia como la que hay entre la mentira y la verdad.
¿Alguien sabe qué gestiones eficientes ha realizado el Ministerio de Defensa para poner a disposición otras 20.000 viviendas inmediatas? Farsa sobre farsa es ese ejemplo de las viviendas públicas del Sr. Sánchez
Ahora ya nadie sabe nada de aquellas más de 100.000 viviendas prometidas. ¿Cuántas han sido adjudicadas por la Sareb en este tiempo? ¿Quién conoce qué créditos ICO se hayan concedido para adquirir esas 40.000 viviendas publicitadas? ¿Alguien sabe qué gestiones eficientes ha realizado el Ministerio de Defensa para poner a disposición otras 20.000 viviendas inmediatas? Farsa sobre farsa es ese ejemplo de las viviendas públicas del Sr. Sánchez.
Las mentiras se diluyen con rapidez en el tiempo de su gobierno. Ha transcurrido todo el mes de mayo sin que hayamos vuelto a tener los españoles más noticias en esa materia. Y, ya en junio, en campaña electoral para las elecciones generales del próximo 23 de julio, es muy probable que sigamos sin conocer nada de aquellas viviendas virtuales, ni aún por más que son de primera necesidad y afectan sobre todo a los jóvenes de la sociedad española. No existen, y a día de hoy aquellas viviendas han vuelto a desaparecer del panorama político.
Ese tipo de promesas altisonantes y huecas, y la multitud de anuncios que siguen por parte del Sr. Sánchez sobre subvenciones y ayudas gratuitas a toda clase de personas necesitadas, son una prueba del desprecio de su política para los ciudadanos. No es admisible llenar los espacios públicos con ficciones retóricas a las que sigue la absoluta nada. No es aceptable la ficción de esa tómbola pública, como la de aquellas viviendas, en la categoría de mentiras para incautos de la agitación y propaganda del Gobierno.
Son sistemáticamente las instituciones ajenas a la política, como la Corona, la Policía, la Guardia Civil, el Ejército, las que obtienen el mayor reconocimiento y respaldo de la ciudadanía
Su vaciedad es un ejemplo que genera extraordinario desapego y desconfianza hacia nuestra clase política, y afecta fundamentalmente a nuestros jóvenes, que es una generación que se puede quedar atrás; con un 30% de paro juvenil en nuestro país, con unos niveles de emancipación muy tardíos en comparación con el resto de Europa, es inquietante que se juegue sobre ese sector de población con tamaña frivolidad. Y eso no es banal. En cambio, son sistemáticamente las instituciones ajenas a la política, como la Corona, la Policía, la Guardia Civil, el Ejército, las que obtienen el mayor reconocimiento y respaldo de la ciudadanía.
A fin de cuentas, en ese ejemplo de las viviendas públicas todos sabemos que es imprescindible un pacto de Estado que comprenda tanto al Gobierno de España, como a las Comunidades Autónomas ya que tienen la competencia legislativa en materia de suelo, y a los Ayuntamientos en cuyos municipios se encuentran esos suelos y sus construcciones.
Es una necesidad que obligatoriamente se ha de abordar en términos de Estado, con todos los agentes públicos y los partidos políticos concernidos. Es esencial un pacto de Estado para que sean reales las promesas en materia de viviendas públicas, y no un cacareo propagandístico del Presidente del Gobierno. No sirven las meras promesas que no van seguidas de los compromisos de los agentes públicos necesarios.
Estas actuaciones publicitarias del Sr. Sánchez, en el ejemplo de las viviendas y en tantos otros, son falsas políticas infladas por la desbocada deuda pública de España, y solo muestran su propensión a la mentira como modo ordinario de captar la atención de la población.
Necesitamos consensos, porque no hay alternativa en el tiempo para la convivencia ciudadana de diversas ideologías. Necesitamos grandes acuerdos nacionales entre el PSOE y el PP
Y otro tanto sucede con la campaña de las elecciones generales para el próximo 23 de julio. España no puede permitirse seguir la política de confrontación destructiva de estos últimos años. Esa política que tuvo ya un severo castigo electoral para el PSOE el pasado 28 de mayo; o mejor dicho para el propio Sr. Sánchez, que recibió la patada de los españoles respecto a su campaña plebiscitaria, por más que fuera pagada por excelentes candidatos a comunidades autónomas y a alcaldes.
Es aberrante y disparatado el empeño del Sr. Sánchez en polarizar, en tensionar, en no pactar nada de nada con el otro gran actor de la sociedad española que es el Partido Popular. Necesitamos consensos, porque no hay alternativa en el tiempo para la convivencia ciudadana de diversas ideologías. Necesitamos grandes acuerdos nacionales entre el PSOE y el PP, que son las dos fuerzas políticas vertebrales de nuestro sistema democrático.
Si queremos una política exterior respetada, si necesitamos una educación cuyo marco legal no cambie a cada legislatura, si aspiramos a una sanidad pública y a unas pensiones estables, si deseamos una política inteligente de trabajo, es imprescindible que se hagan realidad grandes acuerdos sociales. Como sucede también en ese ejemplo de las viviendas públicas.
Necesitamos acuerdos, no más distorsiones de la realidad. Y la política del Sr. Sánchez nos conduce a una campaña de polarización, agresividad y tensión extremas. Como resulta del insufrible acto del miércoles pasado, 31 de mayo, en el que el Presidente del Gobierno se reunió con el grupo parlamentario socialista entre aplausos interminables e inconmovibles, que más recordaban a Corea del Norte.
El Sr. Sánchez no tuvo peor ocurrencia que descalificar y regañar a la media España que no le votó el pasado 28 de mayo, equiparando al PP con Trump o Bolsonaro
¿Qué aplaudían con fervor tan religioso? ¿La derrota del presidente Javier Lambán en Aragón? ¿O la del candidato del PSOE a la alcaldía de Sevilla? ¿Pretendían modificar la realidad mediante los aplausos? Y después, en su intervención, el Sr. Sánchez no tuvo peor ocurrencia que descalificar y regañar a la media España que no le votó el pasado 28 de mayo, equiparando al PP con Trump o Bolsonaro.
No es admisible ese discurso cainita y puramente destructivo. No aceptamos seguir en esa línea suicida, que desconoce la realidad de la ciudadanía española. Por el contrario, necesitamos entendimientos públicos, con pactos de Estado que resultan ineludibles.
Ahora ya todas las encuestas pronostican la victoria electoral del Partido Popular. Lo cierto es que si al Sr. Sánchez por azar en las próximas elecciones generales le fueran favorables los números de su casino, ofreciendo a la sociedad española más mentiras del falso progreso social y ciudadano, más filigranas con Podemos, o con Sumar, o con lo que salga o no de ahí, con ERC, y con EH Bildu, entonces apaga y vámonos.