Miquel Giménez-Vozpópuli

No sé para que pasaron tanto tiempo en reuniones, acuerdos, consultas y debates nuestros Padres de la Constitución. Con Sánchez todo hubiese sido mucho más sencillo. Es constitucional todo lo que a mi me salga de la fuchinga y el resto, puro facherío. Eso parece desprenderse de las palabras regurgitadas por la vicepresidenta primera del gobierno y quinta de Las Molucas. Dice mi Marijesú que la soberanía nacional reside en el Congreso de los Diputados. Ea. Y lo dice sin ponerse colorá ni que le tiemblen las piernas ni siquiera sin taparse, porque en este gobierno va en porretas en lo que a democracia se refiere. Que nuestra Carta Magna especifica de manera clarísima en su artículo primero – jamía, podías habértelo leído, que es justo al principio –, y citamos textualmente, “La soberanía nacional reside en el pueblo, del que emanan los poderes del Estado”. Pero Montero niega la mayor y, además, dice que el Senado viene a ser una cafetera rusa y añade que “Es muy grave trasladar que la soberanía no radica ahora en el Congreso de los Diputados sino en el Senado, porque se dicen cosas que se dejan ahí y son un atentado contra nuestra arquitectura democrática”. Sic. Traducido del sanchistero al español, como en el Congreso mandan los sanchistas, lo que se diga ahí va a misa; el Senado, como manda el PP, que se vaya a archivar macacos al Amazonas. Otra lectura se desprende de lo dicho por la vice: lo que pueda legislarse coyunturalmente en la cámara de los diputados es obligatorio y no tiene por qué acomodarse a un marco superior, léase Constitución. Aquí se legisla como en aquellos menús de las antiguas Casas de Comidas, con los platos del día. Y que no vengan pesaos como letrados del Congreso, abogados del estado, jueces, fiscales y demás a amargarles la vida. Además, ¿de quién depende el Congreso? Pues ya está.

Aquí se legisla como en aquellos menús de las antiguas Casas de Comidas, con los platos del día

Pero como la capacidad de articular sonidos de esta mujer es infinita, ha añadido que el PP cuestiona la totalidad de nuestro orden constitucional. Lo ha soltado así, sin anestesia, comedimiento, mercromina o alta médica. Mire usted, doña vice, es el pueblo español, la nación española, la única que posee soberanía y ni usted ni todos los sanchistas, bilduetarras, golpistas lazis, amigas, amigues, amigotes, Titos Bernis, ERES o Bolaños que puedan existir harán variar un concepto que no es tan solo jurídico, sino que además es una idea política que surgió durante la Revolución Francesa: la nación es el pueblo y viceversa. Y este elige hoy a unos y mañana a otros, pero mientras que ustedes pasarán un día u otro al desván de los trastos viejos de nuestra historia, la nación soberana habrá de seguir. Porque los políticos vienen y van, pero España permanece.

Mientras que ustedes pasarán un día u otro al desván de los trastos viejos de nuestra historia, la nación soberana habrá de seguir

Y si a ustedes se les arruga la nariz y a otros el pasamontañas o la estelada porque en el Senado no puedan hacer lo que les dé la gana, qué quiere que le diga. Además, hace falta coraje torero para acusar al PP de querer cargarse la Constitución desde un gobierno que ha indultado a golpistas, ahora quiere amnistiar al resto, ha pactado con los herederos de la ETA, ha permitido con sus leyes que cientos de violadores campen a sus anchas por la calle, se sitúa entre los aliados del terrorismo islámico, las narco dictaduras y no sigo. Son ustedes quienes están dinamitando el orden constitucional dando un golpe de estado por la puerta de atrás y con sordina.

¿Soberanía? La que lleva colgada mi tía. Que antes se llamaba Ambrosio, pero con esto de la percepción de género ahora quiere que la llamen Piluchi