La tentación nepótica de Sánchez

TEODORO LEÓN GROSS-El País

  • España corre peligro de ver los fondos europeos de recuperación como un instrumento de altísima rentabilidad partidista

El reparto de los 140.000 millones es, por supuesto, una oportunidad única para intervenir en una economía de baja productividad con áreas herrumbrosas, pero también representa una tentación para un político con un instinto bárbaro para el poder como Sánchez. Es lo que se podría denominar tentación nepótica, manejando el riego de tantísimos ceros a la medida de sus intereses de partido. Y algo de eso plantea el informe oculto de casi un centenar de páginas del Consejo de Estado. De entrada, este alerta que la propia denominación del Plan del Gobierno no se corresponde con la realidad, lo que es un mal principio; y entre las advertencias inexcusables —demasiadas veces se repite lo de “esta observación tiene carácter esencial”— destaca la intención peligrosa de suprimir la fiscalización previa como regla general para acortar los plazos. No es lo más tranquilizador.

Aún está por ver los límites que impondrá una Europa que ya presiona para condicionar los fondos a cambios estructurales como la temporalidad en el sector público o la reforma de las pensiones. Entretanto, con el país en los niveles de deuda de la Guerra de Cuba y de vuelta a los 4 millones de parados, el peligro efectivamente es ver esos fondos como un instrumento de altísima rentabilidad partidista, y tanto más ante la debilidad de una derecha atrapada en demasiadas contradicciones fronterizas. En España, de hecho, hay lecciones valiosas de pésimos antecedentes de agilización rebajando los controles con una narrativa de buenas intenciones: los ERE en Andalucía, un enorme agujero negro inclusos descontada la caricatura de los rivales. Aquellas buenas intenciones derivaron en un fondo de reptiles monstruoso con fines clientelares. Tanto que uno de los maniobreros creó las Ayudas Pormisco, cuyo carácter no tardó en desvelarse: “son ayudas pormisco…jones”. Así que, castizamente, ojocuidao. Hay demasiada pista libre y mucho combustible.