La última jugarreta de la CUP a Mas: un presidente ‘rotatorio’ cada seis meses

ELCONFIDENCIAL 23/11/15

· La Presidencia “coral” se prolongaría durante 18 meses, el “periodo de transición” antes de la independencia de Cataluña. Los otros dos copresidentes serían Oriol Junqueras y Raül Romeva

Podría parecer un chiste y casi lo es. En un principio, incluso fue puesto encima de la mesa como una broma. Pero ahora va en serio: la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) ha lanzado su penúltimo órdago a Artur Mas para facilitar la formación de un Gobierno: una Presidencia “coral y rotatoria” durante 18 meses que debe durar el “periodo de transición” antes de la independencia total de Cataluña. Una opción que en Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) produce urticaria. Mas tiene una verdadera patata caliente encima de la mesa.

La oferta fue realizada el pasado lunes y es paralela a las negociaciones que se llevan a cabo en las cuatro mesas que han formado la plataforma Junts Pel Sí (JxS) y la CUP. Se trata de sondear lo que debía ser la ‘quinta mesa’, que ha de tratar quién gobernará.

La propuesta no puede ser más curiosa. Empeñados en el recorte de poder de la Presidencia de la Generalitat, los radicales insisten en una dirección coral con un nuevo formato: un ‘triunvirato’ del que formarían parte el propio Artur Mas y dos copresidentes: el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, y Raül Romeva, cabeza de lista de JxS en las elecciones del 27-S.

Es un esquema similar “al de la Presidencia del Consejo de la UE, en la que los miembros del triunvirato rotarían cada seis meses”, según explican fuentes solventes a El Confidencial. De ese modo, a cada uno de esos copresidentes le corresponderían seis meses de mandato. El tema ya se ha tratado en una reunión bilateral esta semana.

Las posturas sobre esta cuestión están, de momento, muy alejadas. Fuentes de la cúpula de Convergència consultadas por El Confidencial aseguran que “renunciar a Artur Mas es acabar el proceso. Es un activo muy importante que arrastra hacia el segmento independentista a toda una clase media de lo que podríamos llamar gente de orden sin la que no habría una mayoría favorable a la independencia”.

Para un sector convergente, la CUP ha tensado ya demasiado la cuerda y se debe atajar la situación. Además, la estrategia de cesión de Artur Mas ante los radicales genera un rechazo creciente de los cuadros dirigentes de CDC. El consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, ya expuso sus discrepancias en un artículo publicado en un diario catalán, mientras que el ‘exsuperconsejero’ y exresponsable de las cuestiones económicas del partido Antoni Fernández Teixidó abandonó sus responsabilidades dentro de Convergència disconforme con la hoja de ruta que se está aplicando.


· La solución podría ser la convocatoria de elecciones cuanto antes, aunque su resultado podría ser incierto, según un miembro de la dirección de Convergència

El núcleo duro de CDC también se va sumando al carro y posicionándose en contra de las tesis de Artur Mas, cada días más solo en el Palau de la Generalitat. Francesc Homs, candidato convergente en las elecciones del 20-D, se posicionó también en contra de ceder más ante la CUP, aunque luego quiso quitar hierro al asunto. La solución, apunta un miembro de la dirección de Convergència, podría ser la convocatoria de elecciones cuanto antes, aunque su resultado podría ser incierto y, además, existen dudas sobre si se acabaría presentando de nuevo una plataforma unitaria de los dos grandes partidos, CDC y ERC.


Que decida la asamblea
Hay algún indicio, sin embargo, de que el pacto puede culminar bien. Esta semana, la CUP no se cerró, por primera vez, a dar luz verde a una investidura. De momento, ya hay varios temas en los que ha sido fácil llegar a acuerdos con JxS, como los de la puesta en marcha de las ‘estructuras de Estado’ y la ‘desconexión con España’.

Si en las otras dos mesas de negociación se llega a algún acuerdo, los diputados cuperos propondrán a la asamblea del 29 de noviembre la posibilidad de ‘rematar la faena’ con la no oposición a la formación de Gobierno. Pero la cuestión está en conocer si la asamblea decidirá depositar en la conciencia de los diputados esa posibilidad o dará un mandato concreto: sí a la investidura de Artur Mas o sí a la investidura si hay un “Gobierno coral”.


· Lo que necesitan los diputados radicales, señalan fuentes cercanas a la CUP, es tener el respaldo de la asamblea a la hora de tomar una determinación

Lo que necesitan los diputados radicales, señalan fuentes cercanas a la CUP, es tener el respaldo de la asamblea a la hora de tomar una determinación. “Nadie quiere ser responsable de tomar una medida personal ni de hacer descarrilar el proceso y perder una oportunidad histórica de poner al Estado español contra las cuerdas. En realidad, los diputados ya tienen el mandato de las bases para hacer lo que más pueda convenir, pero ninguno se quiere ‘quemar’ con este tema y arriesgarse a ser acusado de traidor o de vendido después. Por eso quieren que la asamblea decida antes de tomar una determinación”, explican esas fuentes.

Una parte de la actual cúpula de la CUP estaría dispuesta a facilitar la investidura si en las mesas se llega a un acuerdo. Porque, de todos modos, la llave de la gobernabilidad la tiene la propia CUP: podría tener controlado a Artur Mas en el caso de que sea investido finalmente ‘president’, puesto que sus votos le son necesarios en el Parlamento. Además, ninguna otra fuerza política apoyaría al Gobierno de Mas con la hoja de ruta secesionista que se ha comprometido a aplicar.