DESPUÉS de que el presidente Trump llamara a la prensa «enemigo del pueblo americano», de que miembros de su gabinete negaran la entrada a un briefing en la Casa Blanca a diversos medios, incluidos el Times y la Cnn, y de que anunciara que no iba a asistir a la llamada Cena de Corresponsales, que desde 1920 ha contado con un presidente americano dispuesto a reírse de sí mismo, el Times ha lanzado una campaña publicitaria, cuyo único asunto es la verdad. También el Post ha reaccionado eligiendo como lema para su cabecera «La democracia muere en la oscuridad», una frase de Bob Woodward que mejora otra anterior del juez Damon J. Keith: «La democracia muere a puerta cerrada». La campaña del Times recoge estas 19 sentencias sobre la verdad.
La verdad es dura
La verdad está oculta
La verdad debe ser perseguida
La verdad es difícil de oír
La verdad rara vez es simple
La verdad no es obvia
La verdad es necesaria
La verdad no se puede pasar por alto
La verdad no tiene agenda
La verdad no debe manufacturarse
La verdad no toma partido
La verdad no es azul o roja
La verdad es difícil de aceptar
La verdad no se anda con chiquitas
La verdad es poderosa
La verdad está siendo atacada
La verdad merece defenderse
La verdad requiere dar la cara
La verdad es más importante ahora que nunca
Todos esos versos me parecen lógicos, evidentes y necesarios. Sólo pondría algún pero al que dice que la verdad no es azul ni roja. Tiene un decadente perfume de equidistancia, muy del gusto socialdemócrata. La verdad es que la verdad, más allá de las pastillas de Matrix y de demócratas o republicanos, es a veces azul y otras veces roja. Hay un interesante ejercicio a hacer con los versos, que es el de coser a cada uno su antónimo. El resultado da una idea del clima moral en el que la verdad ha vivido en los últimos tiempos, encarcelada por las fatuas comillas que le puso Nabokov y fragmentada por la tiranía de la identidad. Lamentablemente, y con harta frecuencia, el periodismo no sólo ha dado voz y voto a sus carceleros, sino que él mismo ha practicado de modo suicida el oficio. Y la verdad se ha tomado su venganza. Se confirma que no se anda con chiquitas.