La victoria de la socialdemocracia

RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 01/04/17

· España es un buen ejemplo del triunfo del que ya nos habló Hayek al dirigirse «a los socialistas de todos los partidos».

Corren tiempos extraños. Vemos en elecciones europeas, una tras otra, la derrota de los partidos socialistas clásicos a los que identificamos con la socialdemocracia. En algunos casos el descalabro es directo y sin paliativos, como lo fue, por ejemplo, en Holanda, donde el batacazo de la coalición gubernamental fue esencialmente el de los socialistas del PVDA que pasaron de 38 escaños a nueve. Se quedaron en menos de la cuarta parte, lo que teniendo en sus filas a luminarias como el todavía presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, a nadie puede sorprender.

Más entretenido se presenta el despeñe del Partido Socialista Francés. Todo apunta a que las presidenciales del próximo día 23 nos van a dejar como primer resultado algo sobre lo que muchos deberían reflexionar: van a quedar eliminados en primera vuelta los candidatos de los dos partidos que los escogieron por medio de primarias. Macron y Le Pen no perdieron tiempo, esfuerzos o dinero en esas zarandajas que engendraron a Fillon y Hamon. Y Benoît Hamon, el de las primarias, lleva al PSF camino de su mayor fracaso histórico. No sólo no va a llegar a segunda vuelta -ese éxito ya lo tuvo Lionel Jospin en 2002, cuando quedó tercero. Esta vez pueden quedar quintos, lo que va a ser una clara consecuencia del abandono de las posiciones socialdemócratas por tratar de competir con la izquierda radical. Sin duda es por ello que Manuel Valls, el verdadero socialdemócrata, le ha dado la puntilla al PSF esta semana.

Todavía tenemos que ver el resultado de Alemania, donde el factor socialdemócrata es secundario frente al auge del euroescepticismo de Alternativa para Alemania que puede costar la cancillería a Merkel. Pero ella no perdería por un triunfo de las políticas socialdemócratas, sino por una división del voto conservador.

Y luego está España, claro. Aquí vivimos unas unas primarias entre tres candidatos del PSOE a los que podemos fácilmente ubicar como la representación de la socialdemocracia clásica (Susana Díaz), la radicalización a la izquierda (Pedro Sánchez) y ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario (Patxi López). Por el bien de España, más no vale que la alternativa a las políticas del PP la encarne un PSOE socialdemócrata. El problema es que esa alternativa ya sólo lo es en políticas sociales, no en las económicas.

Porque España es un buen ejemplo del triunfo de la socialdemocracia del que ya nos habló Friedrich Hayek al dirigirse «a los socialistas de todos los partidos». Aquí tenemos un gobierno que en políticas fiscales y económicas es tan socialdemócrata como lo fueron los grandes líderes socialistas europeos del siglo XX. Empezando por nuestro ministro de Hacienda, tan preocupado por recaudar más para que el Estado pueda gastar todavía más: socialdemocracia de laboratorio.

El ejemplo de esta semana es apabullante: para celebrar la tímida recuperación el Gobierno anuncia la contratación de nuevos funcionarios. En este ejercicio nada menos que 67.000 de los que 19.000 serán directamente fichados por el Estado. Y unos 250.000 funcionarios que en la actualidad tienen condición de interinos o temporales, serán fijos. Y desde los «liberales» de Ciudadanos se pide 3.800 millones más de gasto después de haber avalado el chantaje de los estibadores…

Con la derecha haciendo políticas de izquierda, ¿a quién puede sorprender que los socialistas se dediquen a cambiar nombres de calles o a arremeter contra la Iglesia? Ya no les queda otra cosa…

RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 01/04/17