La vuelta al ruedo

Si el proceso fracasa, ¿de quién sería la culpa? Algunos socialistas señalan al PP. ¿Pero la cosa no va entre el Gobierno Y ETA? En un brindis festivo se apostaba por la paz «a pesar del pesimismo de algunos». ¿No habría que decir, a pesar de que ETA quiere aprovecharse de la democracia? Preparémonos para el enfrentamiento político del comienzo del curso.

No hubo ovación, pero la vuelta al ruedo de Batasuna no se la quitó ni Garzón que, al estar de vacaciones, les dejó la plaza libre. Es cierto que Batasuna no pudo exhibir sus pancartas, ni sus proclamas ni a sus presos; pero el entorno de ETA estuvo tan presente en la manifestación que, en esta ocasión, Barrena no tuvo, siquiera, necesidad de decir al juez de turno que se sentía desvinculado de la convocatoria. Y se paseó bajo el paraguas que le permitió el juez Pedraz ya que, según su auto, no pudo deducir que el partido legalizado estuviera detrás de la manifestación.

Y no le faltaba razón. Batasuna no estaba detrás. Estaba delante. Pero da la impresión de que, a estas alturas festivas, eso ya le preocupa bien poco al entorno de Zapatero que mientras observe pasos de Batasuna hacia su normalización cívica, (manifestarse sin molestar) el hecho de que el partido de Otegi se siga resistiendo a desvincularse de ETA no parece que vaya a ser una condición determinante para el «blanqueo» de sus siglas.

Los discursos oficiales, sin embargo, siguen discurriendo por la corrección política. Que acaten la ley de partidos, decían los dirigentes socialitas vascos que se paseaban por el recinto de la Semana Grande de Bilbao. Pero ahí, el juego se queda en tablas. Si Permach, amén de reconocer que ha habido mucha cocina en estos años entre ellos y el PSE, insiste en que esta feria discurre por la articulación del derecho de decidir (soberanía y autodeterminación), se adivinan las dificultades. Pero López y su cuadrilla aseguran que hay que saber esperar. Ares insiste en que hay que recurrir a las evidencias (del estilo de la no cesión de principios ante las amenazas, por ejemplo) porque hay gente que se cree que ya ha existido el pago de un precio político. Y el tiempo, demostrará, dice, que los descreídos no tienen razón. Habrá que esperar acontecimientos.

De momento, sigue existiendo cierta confusión en torno a la identidad del adversario. Atención, pregunta: si el proceso fracasa, ¿de quién sería la culpa? Y algunos socialistas señalan al PP. ¿Pero la cosa no va entre el Gobierno de Zapatero Y ETA? En un brindis festivo se apostaba por la paz «a pesar del pesimismo de algunos». ¿No habría que decir, a pesar de que ETA quiere aprovecharse de la democracia? Preparémonos para el comienzo del curso. Las tormentas de verano se quedarán cortas ante las descargas del enfrentamiento político.

A veces, las torpezas de los partidos no tienen límite. El PSE ha tenido que sacar la patita de donde la metió hace unos días para organizar un acto de conmemoración del 25 aniversario de Euskadiko Ezkerra. Una ocasión para homenajear a Onaindia y Bandrés. Pero la familia del que fue presidente de EE ha pedido expresamente a los socialistas que no utilicen el nombre de su padre en contra de su voluntad. No hay que ser tan voraces, aunque nos encontremos en capilla preelectoral.

Tonia Etxarri, EL CORREO, 26/8/2006