Las cuentas de la independencia no salen

EL CORREO 29/05/14

· Los informes de Londres y Edimburgo sobre el impacto económico de una separación de Reino Unido alimentan la incertidumbre sobre el resultado de la consulta

Con una lluvia cruzada de cifras divergentes arrancó ayer el periodo oficial de la campaña que deja el futuro de Escocia en manos de los 4,2 millones de votantes registrados, incluidos por primera vez jóvenes de 15 y 16 años. A cuatro meses de la cita con las urnas, los gobiernos central y autonómico publicaron sendos informes sobre las consecuencias económicas de la independencia con resultados opuestos. Los beneficios apuntados por un bando se tornan negativos en el estudio del sector rival, agudizando la incertidumbre en una cuestión decisiva para el electorado, según señalan los sondeos de opinión.

Alex Salmond, ministro principal escocés y líder nacionalista, tomó la delantera en la presentación del documento que garantiza una «prima independentista» de 1.000 libras (1.200 euros) por persona al año. Una hora después, Danny Alexander, ‘número dos’ en el Tesoro británico y diputado liberal demócrata por Inverness, prometió a cada escocés un beneficio de 1.400 libras anuales (1.700 euros) si el ‘no’ obtiene la victoria en el referéndum del 18 de septiembre.

El equipo de Salmond basa sus proyecciones en el «reparto justo» de los activos estatales que correspondería a una Escocia independiente. Pero las estimaciones carecen de cimientos sólidos ya que no habrá negociaciones hasta después de la consulta sobre la distribución del ‘botín’ escocés. También perdura la incógnita sobre la moneda que manejará el futuro Estado independiente o el total de deuda que heredará al separarse de Reino Unido.

El informe del Tesoro británico quedó desacreditado incluso antes de su publicación. Los cálculos gubernamentales sobre el impacto de la secesión se apoyan en distintos estudios pero no todos se han interpretado correctamente, según sus autores. El profesor de la London School of Economics Patrick Dunleavy denunció la manipulación de su estudio de 2010 en el que estima en 18 millones el coste de establecer un ministerio. «Las cifras del Tesoro son extrañamente inexactas», tuiteó horas antes de la presentación de Alexander.

Con una simple multiplicación Londres había calculado que poner en pie 180 instituciones en Escocia costará cerca de 3.300 millones de euros. El destacado liberal demócrata revisó esta partida de gasto público pero la proyección anunciada finalmente, de 1.800 millones, también se cuestionó. Esta cifra se extrajo del proyecto independentista de Quebec y, de acuerdo con el profesor canadiense Robert Young, es el techo máximo estimado por un grupo de académicos. Ambos profesores calculan entre 180 y 720 millones los gastos que supondrá la ampliación de las instituciones autonómicas y la puesta en marcha de nuevos ministerios, como Exteriores o Defensa.

El maná petrolífero
Sobre el maná petrolífero también hay grandes divergencias. Londres calcula en 40.000 millones los ingresos fiscales del crudo, la mitad de la proyección de Edimburgo. La distancia se mantiene en las cuotas del déficit anual, que los independentistas sitúan en el 2,8% del PIB y sus rivales en el 5,5%. «Escocia podrá escoger entre la oportunidad de crecimiento económico, el tirón en los ingresos e inversión en servicios públicos o continuar con una política económica dictada por Westminster que ignora las necesidades de los escoceses», advirtió Salmond. Alexander despertó el fantasma del alto precio de las primas bancarias y los «niveles insostenibles» de la deuda que vendrá con la independencia.

La campaña se calienta y entra de lleno en el bolsillo del elector. Un sondeo publicado a principios de año desvelaba que si un líder pudiese garantizar que los escoceses ganarían 550 euros más cada año, votarían su opción. Ayer les ofrecieron 1.200 y 1.700 euros en premio al ‘sí’ y al ‘no’ en el referéndum, respectivamente. Analistas independientes apuntan la dificultad de llegar a cálculos fiables por lo que el dilema económico se reduce a un ejercicio de confianza en uno u otro bando.