Las cuentas de la lechera

EL MUNDO – 18/02/16 – VICTORIA PREGO

Victoria Prego
Victoria Prego

· Aunque los socialistas pretendan evidenciar lo contrario, la situación de los posibles pactos para la sesión de investidura sigue siendo de una extraordinaria confusión. Para empezar, está cada vez más claro que el PSOE ha comprendido ya que no puede de ningún modo seguir admitiendo con la mansedumbre exhibida por Pedro Sánchez los planteamientos hechos el pasado lunes por Pablo Iglesias en su insólito documento. Pero hasta ayer los socialistas no se habían atrevido a plantarse públicamente ante las pretensiones de Podemos.

Han tenido que ver cómo, por ejemplo, las asociaciones profesionales de jueces y fiscales han levantado la voz contra los planes pergeñados en ese documento, al que califican de aberrante y puramente antidemocrático, que lo es, por pretender someter a los altos miembros de la Judicatura a la «conformidad con el modelo» defendido por el Gobierno de turno. Así, de un plumazo, proponen los del partido morado acabar de cuajo con el principio de separación de poderes.

Su rectificación de ayer no es más que el cálculo táctico de que les conviene moderar la posición porque la sociedad civil se rebela contra sus pretensiones. Y no cabe aceptar el argumento de Pablo Iglesias de que los jueces que tiene en sus filas enmendarán la desmesura de lo contenido en su programa, porque es obvio que son precisamente esos jueces los que han tenido alguna participación en el apartado referido a los cargos con una responsabilidad estratégica en las estructuras del Estado.

Y si verdaderamente esto se hubiera hecho sin su conocimiento, lo único que probaría es un alto grado de irresponsabilidad en los redactores del texto, que evidencian así con descaro su voluntad intervencionista, propia de los regímenes autoritarios. Porque Podemos no sólo pretende someter a las directrices del Gobierno jueces y fiscales: también a altos cargos militares, a la cúpula del Banco de España y a las de otros organismos reguladores. Eso por no hablar de sus pretensiones con la radio y la televisión públicas.

En esas condiciones, resultó muy sorprendente que Pedro Sánchez no se alzara inmediatamente contra unas pretensiones inasumibles por cualquier partido democrático europeo. Y ayer, forzado por la reacción de ciertos colectivos, el PSOE se vio obligado a sumarse a las críticas. De modo que parece que el acercamiento con Podemos que algunos socialistas daban por hecho hace agua.

Ahora la esperanza de los negociadores del PSOE está en Ciudadanos, con el que están alcanzando algunos acuerdos importantes sin que pueda decirse que el pacto esté ni mucho menos cerrado. Pero las cuentas siguen sin salirle a Pedro Sánchez porque, aun suponiendo que Ciudadanos aceptara votar a favor de su investidura, lo cual es mucho suponer, eso supondría el voto en contra de Podemos. Y si ERC y Convergència votan en contra, como han anunciado ya, Sánchez pierde la votación. Porque de lo que no hay que abrigar la menor duda es de que el PP no se va a prestar nunca a aupar al poder al partido que le ha negado el pan y la sal y que pretende además ocupar el lugar que Rajoy no ha dejado de reivindicar como propio.

EL MUNDO – 18/02/16 – VICTORIA PREGO