Las gobiernas de Mariano, la de la Virreina de Cataluña y la de la ministra de Autodefensa del PP, presentan otras graciosas curiosidades: Soraya, que es la que manda en el Gobierno y sus ministerios –con sólo dos excepciones–, no manda nada en el partido; y Cospedal, que es y quiere seguir siendo Secretaria General del Partido, no manda nada en el Gobierno. ¿Y qué podría complacer más a un Presidente Ausente como Rajoy que estas dos presencias avasalladoras y enfrentadas, que le permiten retirarse al Aventino de la contemplación y al ocio del equilibrio? De hecho, la tarea política fundamental del Presidente del Gobierno será la de arbitrar la guerra entre sus gobiernas.
Mientras la facción podemita Todas Podemos resulta que son dos tíos con barba adictos a las viviendas de protección especulativo-familiar, los maricomplejines del PP crean ministerios de guiño LGTB y hasta han feminizado al Gobierno y lo han dividido en gobiernas. Hoy por hoy, las únicas políticas realmente poderosas son éstas dos. Tras pelearse ante un nerón con barbas, cierto, pero lo son.
En España las mujeres sólo alcanzan cuotas de auténtico poder sin cuotas, en el centro-derecha. Hasta ocho ministras de ZP posaron para el Vogue disfrazadas de modelos para un catálogo de todo a cien, pero sólo De la Vega tenía fondo de armario y poder. En el PP, antes de Soraya y Cospedal (y Pastor, Tejerina, Báñez) vimos a Rudi y Aguirre presidiendo Congreso y Senado; y Aragón y Madrid; y ahí siguen. Y Becerril, Loyola, Mariscal, Tocino, Teófila … y, sí, Rita Barberá. En C’s brillan Arrimadas, Villacís, Rivera de la Cruz… ¿Y en la izquierda? Poco, o sea, poca.