Del Blog de Santiago González
Los populares vascos están en horas de vigilia. Están empezando a cundir los nervios por los distintos niveles de urgencia que aprecia la dirección del PP en Génova y en Vitoria. La dirección nacional es más de esperar y ya veremos y hay que ver cómo se resuelve lo de Ciudadanos. La Ejecutiva del País Vasco tiene más prisa, especialmente desde que ha empezado a cundir la idea de que Urkullu va a convocar elecciones con toda probabilidad para el 5 de abril. Quiere adelantar sus elecciones a las que ha anunciado el hombre de paja de la Generalidad, en la razonable creencia que ir a rebufo del atorrante Torra no sería una estrategia bien diseñada para el éxito.
Evidentemente, un plazo inferior a dos meses parece ser un factor que explicaría la prisa del PP vasco que ayer se reunió en cónclave para elegir dos órganos relevantes: la comisión electoral, que va a proponer a los candidatos y el Comité de Campaña, que se encargará de contratar los espacios publicitarios. La intención parece espolear un poco a Génova, acicatear a la dirección nacional para que se decida cuanto antes a ungir como candidato a Alfonso Alonso. Hay que tener en cuenta, solo por comparar, que Idoia Mendia fue nombrada candidata en junio del 19. Tiene las mismas probabilidades que Alonso de instalarse en Ajuria Enea, es decir, ninguna, pero la previsión es un punto.
El factor Ciudadanos interviene de manera sorprendente, después de la rara estrategia de Inés Arrimadas de aceptar la suma que antes solo aprobaron en Navarra, aunque ahora deba ser n las tres comunidades que van a tener elecciones este año: Cataluña, Galicia y Euskadi. Núñez Feijóo no acaba de ver el tema. Él lleva tres mayorías absolutas consecutivas y aspira a que esta sea la cuarta. Ciudadanos en el País vasco está en mínimos y el PP está en horas bajas. Es algo así como la pulga en la fábula del camello de Samaniego en unos momentos en que el camello se está quedando en las hechuras de una cabra.
Es cierto que Pablo Casado persigue la idea de absorber a Ciudadanos, aprovechando la situación de debilidad y desorientación en que se halla desde el 10-N. Y no parece que vayan a mejorar a corto plazo. Inés Arrimadas que se perfila como indudable presidenta en el próximo congreso y tiene a su favor una brillantez como portavoz poco común en el Congreso, sigue cometiendo un error básico, que es no corregir los errores del pasado y su gestora nos acaba de asombrar con una demostración práctica de lo poco que influyen los hechos en sus análisis. El pasado miércoles, la portavoz Melisa Rodríguez anunció solemne que la gestora de Ciudadanos buscará apoyos tanto en el PSOE como en el PP “con el fin de frenar los movimientos nacionalistas”. Uno comprende la vocación de la bisagra, pro hay veces en que la propia equidistancia jode. Esto lo decía la víspera de que el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno visitara a un delincuente inhabilitado para mantener la ficción de un encuentro entre dos jefes de Estado. Está bien la idea de España Suma y dar pasos que lleven a ello, pero no hay que esperar resultados brillantes a corto plazo.