EL CORREO – 07/04/15
· Representantes del sector crítico sopesan abandonar el partido por la gestión «autoritaria» del equipo de Roberto Uriarte.
· «Están ejerciendo un control excesivo. Quieren dirigir Podemos entre cuatro, cuando éste es un proyecto que nació para escuchar la voz de todos».
Las tensiones internas van camino de fracturar a la formación de Pablo Iglesias en Euskadi. Representantes del llamado sector crítico, el que se concentra en torno a la candidatura que abanderó Iratxe Osinaga durante el proceso para elegir a la dirección vasca, reprochan al secretario general, Roberto Uriarte, y a su equipo una gestión «autoritaria» de la formación, cuando el líder apenas lleva dos meses en el puesto, después de su ajustada elección en febrero pasado. Algunos cargos han confesado a sus más íntimos la posibilidad de renunciar y de dar un paso atrás en los órganos de representación interna.
El enfrentamiento comienza a trascender más allá de las reuniones de los órganos internos y de los foros de internet en los que se comunican los simpatizantes. Quedó de manifiesto en la reciente conferencia que impartió en Bilbao uno de los fundadores de la marca, Juan Carlos Monedero. El ‘número tres’ de Podemos ofreció una charla en el paraninfo de la UPV a la que asistieron más de doscientos militantes. En el turno de preguntas, un representante de Ekin Podemos, la candidatura para las elecciones forales que abanderaba el sector crítico, afeó a Monedero y a Uriarte, que le acompañaba en el estrado, el excesivo personalismo de las direcciones nacional y autonómica.
Su intervención provocó reacciones encontradas. Desde quienes silbaron a este militante por «dar un mitin» en mitad de una conferencia universitaria, hasta quienes aplaudieron sus palabras al considerar que era «la pura verdad».
Tres corrientes
Los desencuentros en el partido a nivel nacional no son una novedad. Ayer mismo, por ejemplo, Pablo Iglesias se dirigió de modo dialogante a algunos de sus críticos durante una rueda de prensa en el Círculo de Bellas Artes de Madrid: a Pablo Echenique, del que dijo estar seguro de que será el próximo presidente de Aragón o a la andaluza Teresa Rodríguez, a quien aseguró que «ella es la jefa» en las negociaciones para apoyar o no a Susana Díaz como líder de la Junta. Pero desde la puesta en marcha de Podemos en Euskadi, también han aflorado en el partido vasco tres corrientes.
La primera es la denominada Euskal Hiria, la que representa Roberto Uriarte y un grupo significado de profesores y estudiantes de la UPV. Ellos están al frente de la dirección de la formación. La segunda es la que se aglutina en torno a Orain Ahal Dugu, el grupo de militantes que gestó la expansión de la marca por el País Vasco desde el éxito de Pablo Iglesias en las elecciones europeas de mayo de 2014. Dirigentes como Xabier Benito, que fue de ‘número nueve’ en las planchas al Parlamento de la UE; Lander Martínez, líder del partido en Bilbao; y Neskutz Rodríguez, la aspirante que más apoyos ha recibido para encabezar la lista a las forales por Bizkaia y competir por ser diputada general de este territorio. La tercera vía es la que representa Ekin Podemos, formada por militantes que en su día apostaron por Diego Guerin para liderar el partido en Bilbao y por Iratxe Osinaga para la secretaría general vasca.
Euskal Hiria y Orain han mantenido una significativa colaboración en los procesos internos de designación de cargos; un entendimiento que no se ha producido con la corriente Ekin. Estos últimos consideran que se les ha tratado de apartar de las estructuras de dirección. Jon Gorrotxategi, que encabezaba la lista de Ekin en la consulta a los militantes para confeccionar la candidatura de las forales, ha llegado a acusar al equipo de Roberto Uriarte de amañar ese proceso para impedir que saliera elegido. «El secretario general se ha rodeado en los órganos de dirección de su gente de confianza y de personas con las que mantiene una estrecha relación personal. Eso puede valer para otros partidos. Pero en Podemos se trata de hacer las cosas entre todos, sin distinciones», asegura una fuente del sector crítico. Otro representante de esta corriente habla incluso de que el equipo de dirección está impulsando la «dedocracia» para asignar los puestos de poder.
Uno de los momentos de mayor convulsión interna se ha registrado después de que este periódico publicara hace dos semanas cómo Uriarte había prometido al equipo de Pablo Iglesias no pactar con la izquierda abertzale tras las elecciones forales del día 24 de mayo. El compromiso de no respaldar en ningún caso a
EH Bildu para no perjudicar la carrera de Iglesias hacia La Moncloa constaba en unos documentos a los que tuvo acceso EL CORREO y que habían formado parte de la negociación entre las direcciones del partido en Euskadi y Madrid. Aquella revelación fue interpretada como una traición con acusación directa hacia los críticos.
Las fricciones también han afectado a la relación entre los integrantes de Euskal Hiria y Orain. Sobre todo tras los resultados del proceso interno para designar a los candidatos para las forales. El sector de Roberto Uriarte ha visto cómo en Bizkaia, por ejemplo, Ana Viñals, su aspirante para encabezar la plancha a la Diputación vizcaína ha quedado muy atrás en número de votos de las bases. Creen que los representantes de Orain han maniobrado para que la más respaldada sea Neskutz Rodríguez, incumpliendo un pacto interno no escrito y relegando a un segundo plano a los candidatos que la cúpula vasca quería impulsar para esos comicios. La dirección autonómica debe solventar esta semana –se prevé que entre el viernes y el sábado– la confección completa de las planchas para las forales y la designación de sus candidatos a diputado general. El único nombre que hoy está claro es el de Juantxo Iturria, que será el ‘número uno’ por Gipuzkoa.
EL CORREO – 07/04/15