Las tres Pes de Podemos

F.PARA LA LIBERTAD 11/06/14
YTURRIAGA

Vaya por delante mi admiración y respeto por los logros obtenidos en las elecciones europeas por PODEMOS, un movimiento producido en el laboratorio ideológico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, de la que fui profesor. En un breve espacio de tiempo y sin apenas medios -€200.000 para la campaña electoral-  ha conseguido 1.245.948 votos y se ha convertido en la cuarta fuerza política de España y la tercera en Aragón, Asturias, Baleares, Madrid y Cantabria. Ha tenido el mérito de ofrecer un cause político a una parte del electorado antisistema. Parafraseando a Julio Anguita, su inspirador y líder, el telegénico Pablo Iglesias, ha dicho que la base del partido es “programa, programa y programa”. He leído con atención el manifiesto programático y seguido con interés la entrevista que le hizo Ana Pastor en el programa “Objetivo” de la Sexta, y he quedado bastante decepcionado.

Programa, programa y programa
El programa, que está bien redactado y hábilmente estructurado en torno a seis ejes bajo la frase clave de “construir la democracia” (conquistar la libertad y la igualdad, recuperar la fraternidad, conquistar la soberanía, y recuperar la economía y la tierra) resulta poco creíble. Suena al “déjà vu” del Mayo francés de 1968 –“sed razonables, pedid lo imposible”-, con un cierto tufillo asambleario. Está lleno de tópicos, afirmaciones voluntaristas y promesas difíciles de cumplir. Sin llegar al histrionismo del movimiento “Cinco estrellas” de Beppe Grillo, no le va a la zaga en populismo y demagogia. Tiene razón al denunciar los vicios de una clase política que se ha convertido en una casta –en la que incluye a todos los políticos menos a ellos- que defiende sus intereses por encima de los de la nación. Como ha señalado Pedro G. Cuartango, PODEMOS acierta en el diagnóstico  pero no en la terapia, pues algunas de sus recetas son utópicas e irrealizables, y otras imposibles de costear. Propugna la celebración de referendums vinculantes para decidir la forma del Estado y las relaciones entre los pueblos que soliciten la autodeterminación, pues todos los pueblos de Europa tienen el derecho básico a constituirse como tales y a decidir democráticamente su futuro. Promete derogar la reforma laboral y de las pensiones, así como el artículo 135 de la Constitución relativo a la estabilidad presupuestaria; auditar la deuda pública y privada para determinar qué partes son ilegítimas y decidir su impago; crear una banca pública y empresas estatales que controlen los sectores estratégicos de la economía; limitar la privatización de empresas, anular las que incidan sobre servicios públicos esenciales y devolver al sector público los centros sanitarios privatizados; paralizar el proceso de privatización de la enseñanza y suprimir las ayudas a la escuela privada; establecer una moratoria nuclear, cerrar las centrales atómicas, de gas y de carbón, y prohibir el fracking; finalizar las políticas antiterroristas que vulneren la libertad de expresión; derogar el Plan Bolonia y modificar el Espacio Europeo de Educación Superior; fijar una moratoria de la deuda hipotecaria de familias vulnerables y mecanismos para la condonación de la misma, paralizar los desahucios y aceptar la dación en pago con efecto retroactivo; suprimir los programas FRONTEX y Eurosur, y eliminar las vallas anti-personas en las fronteras; crear impuestos sobre los movimientos de capitales dentro y fuera de la UE y restablecer el del patrimonio; reconocer la libertad de circulación y de residencia, y garantizar la plenitud de derechos a todos los residentes, “con o sin papeles”; prohibir la pesca de arrastre, la incineración de residuos y la tauromaquia. Especialmente disparatadas son las propuestas en materia de política exterior: Derogación del Tratado de Lisboa y refundación de las instituciones de la UE a través de una Asamblea constituyente; revisión de todos los tratados de libre comercio con países de Asia, África y América Latina; abandono de las negociaciones sobre un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos; revisión de los Acuerdos Comerciales con Estados que incumplan los derechos humanos, como Israel –no dice si esta directriz también se aplicaría a otros Estados como China, Cuba o su admirada Venezuela-: celebración de un referéndum sobre la salida de España de la OTAN; sumisión a referéndum de todas las decisiones de carácter estratégico de la UE y derogación de las medidas aprobadas sin participación popular…

Propuestas difíciles de realizar por su coste
Entre las reivindicaciones irrealizables por su alto coste cabe mencionar la reducción de la jornada laboral a 35 horas a la semana y la jubilación a los 60 años; un incremento significativo del salario mínimo y la armonización salarial con los Estados de la UE con remuneraciones más altas; la convergencia con el gasto social del promedio comunitario sobre el PIB; la generalización del pago de pensiones no contributivas no inferiores al salario mínimo; el derecho a una renta básica de todos los ciudadanos por el mero hecho de serlo; la gratuidad de la educación en la fase obligatoria; una inversión en la universidad pública de no menos del 2% del PIB, la disminución de las tasas universitarias y un aumento considerable de las becas; y el derecho básico al suministro de luz, agua y calefacción garantizado por empresas públicas. Se trata de propuestas inviables y ajenas a la realidad del entorno político, económico y social en el que España está inserta. PODEMOS no entra en las minucias de cómo financiar estos gastos y, cuando la entrevistadora Pastor preguntó mansamente a su líder si habían cuantificado estos gastos y cómo los cubrirían, se salió por la tangente e hizo vagas referencias a la mayor recaudación de impuestos y a las sumas que se consigan con la lucha contra el fraude fiscal. Dijo que recurrirían al artículo 128 de la Constitución para expropiar empresas o –error difícil de perdonar a un profesor de Derecho- para confiscarlas. Las respuestas bien articuladas y brillantemente expuestas por el profesor sonaban artificiales, pues, cuan cotorra, repetía de corrido slogans y “coletillas” populistas, como “estamos gobernados por los mayordomos de los ricos” o “los políticos deben ser los carteros de los ciudadanos”, y hacia cuchufletas de dudoso gusto como “la ley de extranjería para la reina Sofía”.

¿Se consolidará el éxito de PODEMOS en próximas elecciones?
La cuestión clave que se plantea es si esta inesperada implosión de PODEMOS es un simple voto de protesta y castigo de los ciudadanos hartos e indignados de las tropelías del establishment, aprovechando unas elecciones que el electorado nunca ha tomado demasiado en serio. Lo curioso es que esta reacción fustigadora ha afectado no sólo al el Gobierno, sino también al principal partido de la oposición. ¿Va a ser flor de un día y las aguas volverán a su cauce en las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales, o se va a mantener la tendencia de las europeas?. Iglesias declaró que PODEMOS no nació para ser una fuerza testimonial, sino para cambiar el país. Su éxito dependerá en gran medida de la actitud de los dos partidos principales. Según Matteo Renzi, si los políticos creen que ha pasado el peligro y se encierran de nuevo en sus palacios, el populismo volverá con mayor fuerza. El PSOE parece haber aprendido la lección, pero no cabe decir lo mismo del PP, que sigue sin hacer autocrítica ni da muestras de propósito de enmienda. Hasta “ABC” le ha pedido un cambio de rumbo, con más fe en sus propios principios. Se puede perdonar al Gobierno el incumplimiento de su programa económico ante la desastrosa situación con que se encontró, pero no tanto sus infidelidades políticas como la tolerancia con la corrupción, la lenta reacción ante el secesionismo catalán, la permisividad con presos etarras y su falta de consideración a las víctimas del terrorismo, la no despolitización de la justicia o el  “dontancredismo” político. De la calma y la prudencia a la pasividad y la inoperancia sólo hay un paso. O el Gobierno hace las necesarias reformas o se las harán desde fuera.