Las víctimas del terrorismo quieren ser escuchadas

 

París fue el escenario del Congreso Europeo de las Víctimas del Terrorismo y Mari Mar Blanco fue la representante española. Fuera de nuestro país, la edición francesa del periódico gratuito 20 minutos fue el único que dedicó un espacio a los problemas de este colectivo.

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“Reconocimiento y justicia son los derechos que se deben a las víctimas y a sus familias” afirmó María del Mar Blanco en la apertura del Congreso Europeo de las Víctimas del Terrorismo que se celebró el viernes en París. Esta española, miembro del Parlamento Vasco, conoce el asunto de cerca: su hermano fue asesinado por la organización separatista ETA en 1997. Como ella, unas sesenta víctimas del terrorismo, directamente afectadas por un atentado o por haber perdido a seres queridos, vinieron el viernes a debatir con un objetivo: “conseguir ofrecer una ayuda europea completa a las víctimas del terrorismo”.

El problema: la necesidad de justicia y de reconocimiento como víctimas se tropieza a menudo con las barreras administrativas. Por ejemplo, “los afectados por el terrorismo no son informadas del desarrollo de las investigaciones” explica Guillaume Denoix de Saint Marc, director general de la Asociación Francesa de Víctimas del Terrorismo. Peor, ni siquiera hay una única definición de terrorismo a nivel europeo, lo que complica el seguimiento jurídico y médico de las víctimas. Desde 2002 existe un acuerdo – marco europeo de definición de crímenes terroristas, pero se considera que es insuficiente y muy impreciso.

A pesar de las declaraciones de buenas intenciones, las víctimas se sienten dolidas. Como el hombre que durante los debates interpela al responsable del apoyo a las víctimas de los nacionalistas del IRA en Irlanda del Norte. Su voz tiembla, pero su tono es firme. “¿Cómo se puede venir aquí, decir que las víctimas deben ser tenidas en cuenta y ver a antiguos miembros el IRA ocupando cargos en nuestras instituciones nacionales? Dice acaloradamente. ¡Es una vergüenza!” Las víctimas aplaudieron intensamente, mientras que el responsable mantiene un incómodo largo silencio.

Sophie Cois, 20 MINUTES FRANCE, 21/9/2009