“Las víctimas no somos importantes para Urkullu”

EL PAÍS 26/12/13
· ENTREVISTA MAITE PAGAZAORTUNDÚA, VICEPRESIDENTA DE COVITE

«El Ejecutivo vasco está en una estrategia que busca un tremendo descrédito de la nación española, de la Constitución y de todas las normas de convivencia», dice

La vicepresidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite) y expresidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT) Maite Pagazaurtundua considera que las víctimas no son «importantes» para el lehendakari, Iñigo Urkullu, y que no tienen «ninguna relevancia» para el Gobierno vasco.

«Le da igual que una parte importante del colectivo de víctimas pueda sentir muy distante y muy incoherente el planteamiento del Gobierno vasco en el ámbito de paz y convivencia. Son otros los principios que desean desarrollar», dice Pagazaurtundua en una entrevista telefónica con Efe.
Opina que el Ejecutivo vasco y el propio PNV «están en un juego político de más largo alcance», en una «estrategia» que busca «una especie de crítica light, muy tolerable, para el mundo de Batasuna y, sobre todo, un tremendo descrédito del Estado de derecho, de la nación española, de la Constitución y de todas las normas de convivencia».

«Es una cosa para analizar de forma muy profunda porque a lo mejor estamos generando nuevos problemas de futuro», destaca la expresidenta de la FVT, que asegura que no ha recibido respuesta del Gobierno autónomo a su propuesta de sustituir a Jonan Fernández por el expeneuvista Joseba Arregi en la Secretaría de Paz y Convivencia.

Entiende que iniciativas como las jornadas que la Dirección de Derechos Humanos del Ejecutivo vasco celebró en noviembre en San Sebastián para dar voz a las víctimas no asociadas son «un intento de neutralizar las aspiraciones de la mayoría de las víctimas». «Va por ahí», afirma Pagazaurtundua, que piensa que no se tendría que haber legalizado a las organizaciones de la izquierda abertzale hasta que «este mundo no hubiera hecho un descrédito de su historia de acoso y terror».

Está convencida de que ese proceso que ha permitido el regreso a las instituciones de la antigua Batasuna fue el resultado de «la chapuza y el voluntarismo». «Va a generar problemas de largo alcance que todavía no estamos viendo», destaca.

Considera que pedir al Gobierno del PP que hable con ETA sobre su desarme forma parte de «una lógica podrida».

Para la vicepresidenta de Covite, en estos dos últimos años sin ETA activa «se ha establecido como objetivo y valor fundamental la pacificación». «Al fijarla como la piedra de bóveda de todo el conjunto de las cosas que están pasando desde hace más de tres o cuatro años, ahora hay una enorme vulnerabilidad en la defensa de la leyes, en el crédito de la historia de 35 años de democracia frente al terror», subraya.

«Es como si el Estado, en vez de haber estado luchando contra ETA solo se hubiera dedicado a vulnerar los derechos humanos, o como si quienes han resistido al terror de ETA estuvieran bajo sospecha, o como si las leyes no importasen nada y sí el mero apoyo popular, el que sea mayoritario aunque sea una aberración», añade.

Recalca que ahora «el problema es diferente», pero «también es muy serio», y cree que pedir al Gobierno del PP que hable con ETA sobre el desarme de la banda terrorista forma parte de «una lógica podrida». «Ya bastante es haberles legalizado sin que se cumplieran las condiciones, bastante equivocado es que la sentencia de Estrasburgo [sobre la aplicación de la doctrina Parot a la etarra Inés del Río] se haya ejecutado y aplicado de una forma que ni tan siquiera el propio tribunal establecía, como para ahora hacer algo más. Aparte de que puede ser desafortunado y perfectamente ineficaz, puede estimular aún más el deseo de más impunidad para el mundo de ETA», enfatiza.

Pagazaurtundua, quien fue concejal socialista en Urnieta (Gipuzkoa), admite su «desapego» hacia el PSE, que empezó a crecer hace años, aunque afirma que tiene «mucho cariño y respeto» a muchos de quienes fueron sus compañeros. Ahora, próxima a UPyD, no tiene ninguna decisión tomada, ni tampoco una «oferta explícita», para sumarse a las listas que el partido de Rosa Díez presentará a las próximas elecciones europeas. Sí reconoce que se está replanteando muchas cosas, que ve el país en una situación «muy complicada» y que, en estas ocasiones, «a veces hay que abandonar la torre de cristal y comprometerse».