TONIA ETXARRI-EL CORREO

Tendrían que reconocer que, dada su ignorancia, han cometido un gravísimo error al legislar en contra de las propias víctimas de los abusos sexuales. Las ministras que tenían a gala que habían venido a este mundo a proteger a las mujeres, han terminado favoreciendo a los pederastas que abusan de las niñas. Su propia ley del ‘solo sí es sí’ se les ha vuelto en contra. No hace ni seis semanas que la ley de marras ha entrado en vigor y ya han empezado a aparecer las primeras rebajas de condenas por delitos sexuales con el goteo de revisiones de casos.

Al ala este de La Moncloa les incomoda la situación. De hecho, notables feministas, del PSOE y no alineadas, llevaban meses alertando de que esta ley facilitaría la rebaja de condenas. El Consejo General del Poder Judicial también avisó. Ni caso. No se trata de «legislar mucho» como defienden algunos observadores bienintencionados. No. Se trata de legislar bien. Ahora las ministras socialistas dicen que la rebaja de las penas de abusos sexuales a menores no era el objetivo de la ley, pero difícilmente se corregirá. El presidente del Gobierno, de nuevo, se ha aliado con Podemos. Ya lo hizo con la ‘ley trans’. Y ahora vuelve a decantarse diciendo, prácticamente, lo mismo que la ministra de Igualdad. El problema no es la ley; son los jueces. Ése es el lema.

Eso es, exactamente, lo que piensa Irene Montero. Esta ministra no sólo se ha resistido a reconocer que la ley del ‘solo sí es sí’ ha abierto la puerta a la reducción de las condenas de los abusadores sexuales sino que ha arremetido contra los jueces que no le bailan el agua. Su ley es inapelable. El problema radica en los jueces, que son unos machistas. Y los jueces, que bastante calvario están pasando ya en esta legislatura, han tenido que manifestar su más firme repulsa a los «intolerables ataques» vertidos contra ellos. Con precisiones para los ignorantes: la aplicación de la norma más favorable al reo constituye un principio básico del Derecho Penal.

Un palo a Patxi López que, ingenuamente, se las prometía felices proponiendo cambiar otra vez la ley «para que esa persona que pueda salir a la calle vuelva a la cárcel», obviando que no se puede aplicar una ley retroactivamente si perjudica al reo.

Otra doctora cum laude en Derecho, la ministra Ione Belarra, ha sentenciado que una parte de los jueces está aplicando mal la ley. ¿Les está acusando de prevaricar? Si esto no es un acoso al Poder Judicial, se le parece mucho. Si la pretensión es cambiar a los jueces que no les siguen la corriente, están quedando en evidencia.

Al final, con estas actitudes, lo que consiguen es perjudicar a las propias víctimas de estos delitos, que terminarán por no confiar en la Justicia. A la ministra Montero le ha estallado su ley. Aseguran los juristas que muchos delincuentes sexuales verán rebajadas sus penas. El PP ha registrado una moción en el Senado para derogar la ley. Llueve sobre mojado. Otro escándalo más en la pulsión legislativa de este Gobierno. Éste es tan grave que creará alarma social.