Editorial, EL CORREO, 8/6/12
El Gobierno de López no debería someter sus iniciativas a una ‘ruleta’ parlamentaria
El Parlamento vasco devolvió ayer el proyecto de ley de Juventud al Gobierno al salir adelante las enmiendas a la totalidad presentadas por PNV, Aralar e IU gracias a la abstención del PP. El hecho no solo resulta insólito desde el punto de vista de la iniciativa legislativa del Ejecutivo, sino que además confirma la soledad en la que se encuentra el grupo socialista en su aparente propósito de prolongar hasta la primavera de 2013 el mandato de Patxi López. Lo ocurrido ayer debería hacer recapacitar al lehendakari y a su partido, no solo en cuanto al hecho cada vez más evidente de que lo que tenga que tramitar parlamentariamente deberá hacerlo en el actual período de sesiones que termina en unas semanas, sino ante el riesgo de convertir el tiempo que reste hasta la convocatoria de las próximas autonómicas en un período que tanto la oposición como amplios sectores de la opinión pública tengan razones para tachar de farsa preelectoral. El Gobierno de López ni siquiera se esfuerza en disimular el carácter publicitario de los actos y anuncios que desde hace un tiempo acaparan su agenda. Por eso debería evitar los mensajes pretendidamente morales que tachan de partidistas las actitudes de las demás formaciones cuando reclaman el adelanto electoral. Asegurada la tramitación de la nueva ley de Cajas de Ahorros para acompasar desde el autogobierno la reestructuración del sector, y descartada la posibilidad de que salga adelante la ley Municipal, el Ejecutivo no debería someter las demás iniciativas que alberga a una suerte de ruleta parlamentaria de resultados más que inciertos con el absurdo propósito de obligar a la oposición a que se retrate cuando la legislatura está ya agotada. En este sentido, todo parece indicar que la toma en consideración ayer de la proposición de ley del Instituto de la Memoria, auspiciada por PNV, PSE-EE, IU y los tres parlamentarios expulsados de Aralar frente al voto negativo de PP y UPyD y la abstención de EA y Aralar, obligaría a un esfuerzo acelerado de consenso para garantizar su aprobación dentro de esta legislatura.
Editorial, EL CORREO, 8/6/12