EL MUNDO – 09/11/14
· Tensión en Barcelona entre grupos antisoberanistas y miembros de la izquierda ‘abertzale’.
La plataforma Libres e Iguales culminó ayer su campaña contra la consulta que se celebra hoy en Cataluña con la lectura de un manifiesto en el que exigen al Gobierno que actúe «con firmeza» contra la Generalitat por promover lo que definen como la «mutilación sectaria» de España.
Un día después de que el colectivo publicara un artículo en The New York Times en el que acusaban al Govern de «engañar a los catalanes con falsas promesas», el colectivo difundió el comunicado en 55 ciudades con el apoyo presencial de partidos y organizaciones contrarias a que se celebre la votación. En el caso de Barcelona, donde reunieron a 300 personas en la plaza Sant Jaume, el periodista Arcadi Espada –fundador de la plataforma y columnista de EL MUNDO– leyó el manifiesto acompañado por el líder de Ciutadans, Albert Rivera, así como por diputados del PP y representantes de UPyD y Vox.
En Madrid, el acto se celebró en la Plaza de Cibeles ante un público que escuchó las mismas palabras de boca del ex secretario general de CCOO José María Fidalgo, acompañado del diputado de UPyD Toni Cantó, el Nobel Mario Vargas Llosa, el ex presidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina y el dramaturgo Albert Boadella, informa María Segurola.
Tras la concentración en la capital catalana se vivieron minutos de tensión al coincidir en la plaza los convocados por Libres e Iguales y un centenar de simpatizantes de la izquierda abertzale desplazados a Barcelona para apoyar la consulta. Poco después de que éstos desplegaran varias ikurriñas y pancartas en favor del acercamiento de presos de ETA a cárceles vascas, participantes en la concentración antisoberanista se situaron a escasos metros, dando inicio a un intercambio de insultos.
La situación se mantuvo en ese escenario –con insultos de «asesinos» y «fascistas» de un lado a otro– y vigilado por una treintena de agentes antidisturbios de los Mossos d’Esquadra, hasta que un hombre arrebató a uno de los manifestantes vascos una bandera en favor de los presos. A raíz de ello se produjo un forcejeo que obligó a la Brigada Móvil de la Policía de la Generalitat a separar por la fuerza a ambos grupos, hasta que las dos concentraciones se disolvieron sin más incidentes. No se produjo ninguna detención por el enfrentamiento.