ABC 17/06/14
RAMÓN PÉREZ-MAURA
· Contra esos asesinos, muy pocos piden acción a nuestras Fuerzas Armadas. Parece que matan muy lejos
Supogo que en cualquier momento veremos a toda los biempensantes occidentales convocar movilizaciones en protesta por la masacre perpetrada y jaleada por el Ejército Islámico de Irak y el Levante (EIIL). Dado el descaro con el que estos asesinos han exhibido por todo el mundo la matanza de unas 1.700 personas, imagino que habrá razones sobradas para salir a las calles clamando por que se haga Justicia. Pero contra esos asesinos muy pocos piden acción por parte de nuestras Fuerzas Armadas, que son garantes de nuestras libertades. Parece que matan muy lejos. Mas ayer por la mañana nos despertábamos con la noticia de las detenciones en Ventas y Moratalaz (Madrid) de casi una docena de yihadistas que trabajaban reclutando terroristas para el EIIL. Es decir, esa barbaridad que podían ver ustedes en fotografías publicadas ayer en estas páginas puede ser perpetrada por personas como su vecino al que se le está inculcando un odio destructivo desde mezquitas en España. En otras palabras, esa sobrecogedora hilera de muertos ejecutados en su fosa común llega hasta cada uno de nostros.
La guerra que se está librando en Mesopotamia, magistralmente descrita en ABC por Fernando Reinares y Gabriel Albiac, es una guerra de la que formamos parte. Una guerra que empezó el 11-S en Nueva York y que va a marcar esta primera década del siglo XXI. Una guerra que se parece poco a la que estalló hace un siglo, el 28 de junio de 2014, en Sarajevo. Aquel verano de hace cien años se movilizaron en Europa cinco millones de hombres. Ahora se libran guerras en las que el agresor tiene ejércitos poco concurridos, hasta el punto de que en Irak, estos días, estamos viendo por primera vez lo más parecido a una guerrilla clásica que haya habido en esta lucha desde que se derribaron las Torres Gemelas.