ABC-LUIS VENTOSO

El presidente ha descubierto quién conspira contra el bienestar de España

FRENTE al pequeño y escondido puerto coruñés de Lorbé, en la Ría de Betanzos, se encuentran las bateas más al Norte de Galicia. Según los cálculos locales, de allí salen cada año quince millones de kilos de mejillón, que algunos consideramos incluso más sabroso que el justamente afamado de la Ría de Arousa. Hace dos días nos fuimos a un mesón de Lorbé para darles un ataque a los mejillones. Estaban «caralludos», como siempre, pero algunos comensales comentaban que eran de menor tamaño de lo habitual, sin aquella asombrosa opulencia que casi desbordaba la concha. ¿Por qué habían menguado los mejillones de Lorbé? Cada parroquiano tenía su teoría. Pero solo Sánchez y yo conocemos la verdadera razón: Franco. Sus veraneos de pesca en el «Azor», ría arriba, ría abajo, tuvieron que mermar el placton que nutre a los bibalvos. En cuanto desenterremos a Franco, los mejillones se pondrán otra vez como los bíceps de Schwarzenegger.

Unos días antes del solaz por las rías pillé un taxi en Barajas. No pasaron ni tres minutos antes de que saliese la pelea con Uber y Cabify. El taxista, educado pero contundente, los puso verdes y los acusó de competencia ilícita. Pero Sánchez y yo, que no nos quedamos en la carcasa de la anécdota superficial, sabemos que hay algo más, que ahí late la mano parda de Franco, quien de manera artera no se tomó la molestia de predecir la aparición de los monopolistas de Silicon Valley. Los taxistas sopesan retomar sus protestas en septiembre. Pero si el decretazo de Funerarias Sánchez logra exhumar a Franco este mes, el jaleo con Uber y Cabify quedará resuelto.

Tengo un pariente que está hasta las meninges de enlazar trabajos de televenta, de mucha tensión y misérrima paga. Yo ya le dije: eso es culpa de Franco, chaval. Una conocida nos contó que su hija ha emigrado a Australia, porque a pesar de tener un título universitario aquí solo encontraba empleos de baja cualificación. Sánchez ya trabaja para crear nuevas oportunidades económicas y que gente como esa muchacha puedan retornar. En cuanto saquemos lo que queda de Franco del Valle de los Caídos, las empresas se darán bofetadas por ver quién contrata a más licenciados en paro de «la generación mejor preparada de la historia», que decía Zapatero. Ayer, 117 inmigrantes bastante irascibles saltaron la valla de Ceuta agrediendo a siete guardias. Huelga explicar que semejante ansia por llegar a España se debe a que les urge visitar la tumba de Franco. En cuanto lo exhumemos del mausoleo de la Sierra, abur efecto llamada.

La derechona ultra dice que Sánchez no hace nada, que los separatistas se le suben a la chepa, que ha vendido al país por un plato de lentejas monclovitas, que es un ególatra enfermizo, capaz hasta de exigir un avión militar para llevar a su mujer de fiestuqui; que gobierna con los presupuestos de Montoro, que está maniatado en el Congreso, que es un impostor no votado dedicado a solemnizar un patético vacío. Paparruchas. Sánchez está librando una liza titánica contra un enemigo tenaz e infatigable: Franco, embalsamado hace 42 años, pero que no para.