VICTORIA PREGO, EL MUNDO 20/09/13
· Esperanza Aguirre pronunció ayer en Barcelona una conferencia multitudinaria. Además de decir una frase de mucha pegada, «hay que catalanizar España», que quiere ser una invitación a que Cataluña se implique más en el devenir de la España de hoy, dijo cosas de mucha más importancia y de mayor calado.
Explicó las razones que, en su opinión, han provocado este nacionalismo antiespañol que ha derivado en el independentismo que ahora domina las calles de Cataluña y acertó de plano: el adoctrinamiento de los niños en la escuela; la falta de una prensa crítica; el abrazo de los partidos de izquierda a la causa nacionalista, y la no publicación de las balanzas fiscales.
Pero ahí aportó un único dato esclarecedor de la realidad para aclarar a la doliente Cataluña del «España ens roba» como están las cosas: de los 66.000 millones que se recaudan en Madrid, se le retornan 13.690. De los 27.000 que se recaudan en Cataluña, se le retornan 23.800. España no nos roba pero, de robar, robaría a Madrid y no a Cataluña.
Este tipo de discursos valientes, aunque con otras propuestas más discutibles, se deberían multiplicar en la Cataluña de hoy por parte de políticos y miembros del Gobierno. Es necesaria una ofensiva de realidad que desmonte la ficción a la que han llevado los líderes nacionalistas a una parte de la población mientras la izquierda socialista se deshace cada día más en sí misma y en su respaldo electoral. Abrir una brecha que enfrente a la gente con los hechos y la aparte de este festival de sentimientos, pasiones y elucubraciones en que hoy se recrea.
No hay más que ver las asombrosas reacciones de Artur Mas y FrancescHoms a las explícitas aclaraciones de la UE sobre las consecuencias de su secesión. Inasequibles a la realidad que les está poniendo una y otra vez ante los ojos, ellos se refugian en lo único que tienen, que son ensoñaciones: «Los que están bien en una casa deben permanecer en ella», dicen, como si esto fuera una cosa de caerse bien, y no el texto de unos tratados que dejan claras las condiciones para pertenecer a clubes como la Unión Europea o la OTAN.
Mas se está haciendo el loco, literalmente, porque, si se detuviera en tomarse en serio los mensajes que se le mandan, no podría dar ni un paso más hacia el desastre hacia el que camina. Y está llegando al ridículo al contestar cosas como «ellos ya se ocuparán de no hacerse daño», como si fuera Europa la que quedaría dañada por la secesión de Cataluña y fuera a acudir presurosa a invitarla a ser miembro inmediato de la UE. Ni por un momento ha abordado seriamente los efectos que tendría para los catalanes esa expulsión.
La locura de los líderes nacionalistas se está poniendo gravemente en evidencia. ¿Se dará cuenta a tiempo el pueblo catalán?.
VICTORIA PREGO, EL MUNDO 20/09/13