LA RAZÓN, 17/10/12
Cameron y Salmond responden a la carta del presidente invitándole a respetar la Ley. Ambos responden que los procesos deben ser con el consentimiento de todas las partes
LONDRES/BARCELONA- En la vida hay multitud de ocasiones en las que conocidos se hacen pasar por amigos del alma. Presumen ante el resto de ser como un miembro de la familia cuando, en realidad, se han cruzado tan sólo un par de ocasiones con aquel del que se vanaglorian ser como un hermano. El fenómeno «amiguismo» es especialmente reconocible después de un éxito. Son muchos los que intentan subirse al carro, pero normalmente el protagonista pone distancia. De una manera educada, pero la pone. Y eso es exactamente lo que le ha pasado a Artur Mas. El presidente catalán dijo ayer que iba a enviar una carta para felicitar a David Cameron y Alex Salmond por el acuerdo que alcanzaron el lunes sobre el referéndum de independencia escocés, pero, lejos de abrirle la puerta, ni Londres ni Edimburgo están por la labor de intimar demasiado con el político catalán.
Aunque el portavoz del Govern, Francesc Homs, dijo ayer que Mas les felicitaría «por el ejemplo de diálogo y de democracia que han dado al mundo, ya que el caso escocés es ejemplar para el caso catalán», un portavoz de la Foreign Office recalcó a LA RAZÓN que el Gobierno británico «no tiene intención de ser un ejemplo para nadie». «No hay un enfoque único para todas las cuestiones planteadas por los movimientos que piden la independencia o la separación. Cada caso debe ser tratado de acuerdo con sus circunstancias específicas, respetando los acuerdos internacionales existentes –por ejemplo, Acuerdo de Paz de Dayton– y teniendo en cuenta la paz y la seguridad internacionales», explicó.
Es más, la misma fuente dejó claro que las «fronteras internacionalmente reconocidas se deben cambiar pacíficamente» y siempre «con el consentimiento de todas las partes implicadas». Es decir, que Londres y Edimburgo a día de hoy no son ni mucho menos el espejo de Madrid y Barcelona.
Sin comentarios a la carta
A pesar de que el portavoz de la Foreign Office no tenía constancia de la misiva («en cualquier caso –dijo– nunca comentamos cartas privadas que recibe el primer ministro»), sí quiso zanjar el asunto catalán matizando que «los debates sobre la secesión y los movimientos de independencia deberían abordarse a través de medios pacíficos y democráticos, mutuamente aceptables y el referéndum de Escocia sí se alineaba completamente con este enfoque general».
Por su parte, el ministro principal de Escocia, Alex Salmond, también quiso alejarse a pesar del interés que muestra Mas por arrimar el hombro. Lo dejó muy claro el mismo lunes en la rueda de prensa que ofreció tras el acuerdo del referéndum. Ante la pregunta de un periodista sobre la situación española, el líder nacionalista dijo que estaba «interesado» por las reivindicaciones de Cataluña, pero remarcó que no iba a «interferir» en el debate. «No soy quién para decirle a la gente de Cataluña qué hacer. Es un proceso que nos interesa, pero no vamos a interferir», subrayó.
El independentista siempre ha dicho que ama al País Vasco y a Cataluña y que hay que respetar el derecho de las naciones a la autodeterminación, pero nunca ha cruzado la línea. Son con los amigos reales con los que uno debe implicarse y no con los conocidos que intentan aprovecharse del éxito.
Pero la Generalitat está muy interesada en amplificar el acuerdo al que han llegado Cameron y Salmond para posibilitar un referéndum antes de que concluya el año 2014 y, sobre todo, en que el Gobierno lo tome como «ejemplo». «Sólo nos lanzan improperios. No nos han llamado para hablar de nada. Nosotros no cerramos nunca la puerta al diálogo», afirmó el portavoz catalán. Ahora Mas se plantea acudir a un foro internacional –quizá en Berlín o Bruselas– para «internacionalizar el conflicto».
LA RAZÓN, 17/10/12