En el acto de los socialistas vascos para festejar el Estatuto, Chaves apuesta por abordar la reforma del Estado autonómico «sin miedos, sin reservas y sin hacer tabla rasa del pasado».
Los socialistas vascos se reunieron ayer en la Casa de Juntas de Gernika para rendir homenaje al Estatuto en su vigesimoquinto aniversario. Igual que hicieron los populares el sábado, el PSE -que contó con el presidente del PSOE, Manuel Chaves, como invitado- eligió el mismo escenario emblemático para reivindicar la plena vigencia del texto estatutario un cuarto de siglo después de su aprobación y los logros que ha supuesto para Euskadi. Pero, a diferencia del PP, apostó también por su reforma -acordada «por consenso» entre todas las fuerzas políticas vascas-, e insistió en recuperar para ello el espíritu pactista que en Euskadi ha sido siempre «la norma» y hoy es «una triste excepción» derivada de la «radicalización» del PNV y la «imposición unilateral» que practica el Gobierno de Ibarretxe.
Y precisamente por eso, el candidato a lehendakari de los socialistas vascos, Patxi López, quiso advertir a los nacionalistas de que su partido no permitirá que «jueguen con lo que es de todos los vascos» ni que «una parte del país pueda decidir por la otra o en contra de la otra» . Tampoco piensan tolerar, aseguró López, que el plan Ibarretxe -que no citó expresamente en ningún momento y al que se refirió con expresiones genéricas como «dinámicas suicidas»- «nos divida» o «nos quite la voz» ni que «nadie haga propiedad privada de lo que es patrimonio colectivo».
En este contexto, el secretario general del PSE reiteró varias veces la idea central sobre la que hizo girar su discurso: 25 años después, «ha llegado el momento» de que los partidos vascos «se sienten a una mesa» en primer lugar para «culminar» el desarrollo del Estatuto y, después, para «renovarlo» a través de su «potenciación, mejora y reforma», pero nunca para «abandonarlo» como a un «trasto viejo». De hecho, no dejó pasar la oportunidad de contraer un «compromiso solemne» como aspirante a la Lehendakaritza y prometió «promover el reencuentro» entre fuerzas políticas para que, juntas, consensúen las posibles modificaciones al documento de 1979.
Porque, según destacó López, el Estatuto sigue siendo «la única fórmula válida para construir un país basado en la igualdad política y el derecho de ciudadanía». En esta línea, se esforzó en poner de relieve que la Carta de Gernika goza de buena salud y «no está en crisis», como sostienen «de manera irresponsable» los nacionalistas, «quienes, por su relevancia institucional, más deberían defenderlo». «Lo único que está en crisis es la voluntad de destruirlo del terrorismo etarra», apuntó López, antes de reprochar al «frente nacionalista» que hoy «se avergüence» del Estatuto y lo «desvalorice». «Nos dicen que ya no sirve, cuando deberían decir que no les sirve. Porque para el lehendakari Ibarretxe y los partidos que le apoyan todo lo que no está al servicio de sus exclusivos intereses ya no vale para nadie», arremetió.
Cumbre de presidentes
Chaves precedió a López en el atril, entre el ondear de banderines rojos de los militantes que se dieron cita donde estuvo el viejo roble. El presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE envió dos mensajes: uno en favor de la reforma del Estado autonómico defendida por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y otro, más breve, para animar a acudir «con espíritu constructivo y positivo» a la conferencia de presidentes que el jefe del Ejecutivo ha convocado el próximo 28 de octubre, «el mayor reconocimiento que se ha dado nunca a la pluralidad de España», según Chaves.
El líder socialista animó a acometer las reformas de los Estatutos y de la Constitución «sin miedos, sin reservas y sin intentar hacer tabla rasa del pasado y de lo que hemos conseguido hasta ahora», sin olvidar recalcar, hasta por dos veces, que las diecisiete comunidades autónomas españolas «son Estado».
EL CORREO, 25/10/2004