El lehendakari defiende su papel en la negociación y aplaude que el PNV ya no dé por «muerto» el Estatuto
La rúbrica oficial de las once competencias estatutarias que la Administración vasca gestionará a partir del próximo 1 de julio -salvo en el caso de la Inspección de Trabajo, que entrará en vigor el 1 de enero de 2012- se convirtió ayer en la ocasión perfecta para que Patxi López reivindicara no solo el papel de su Gobierno en la negociación, sino también el fruto que, en forma de traspasos como los firmados ayer, ha dado su apuesta por buscar el «consenso» y «tender puentes» con el Gobierno central frente a las estrategias «frentistas» y el «conflicto permanente» de la etapa que lideró Ibarretxe con «resultados lamentables» .
El desarrollo del Estatuto de Gernika, una de las principales metas declaradas por el lehendakari antes de su llegada a Ajuria Enea, se ha convertido, paradójicamente, en uno de sus mayores dolores de cabeza. El PNV ha aprovechado desde el inicio de la legislatura la debilidad parlamentaria de José Luis Rodríguez Zapatero para apretarle las tuercas y exigirle el desbloqueo de las materias pendientes a cambio de su apoyo presupuestario. Los jeltzales conseguían así otro objetivo paralelo al del incremento del autogobierno: desgastar al jefe del Ejecutivo de Vitoria y proyectar la imagen de un Gobierno vasco sin ascendiente en Madrid y supeditado a los designios de La Moncloa. Las conversaciones paralelas de Urkullu con Zapatero han causado no poca incomodidad al lehendakari, que ha pasado de cuestionar la labor negociadora del PNV -sobre todo, en el proceso para transferir, hace un año, las políticas activas de empleo- a aplaudir su implicación en el desarrollo de un Estatuto que daba por «muerto».
Ayer lo hizo de nuevo. A pesar de los riesgos que corría al escenificar la llegada a Euskadi de un paquete competencial que ha negociado el PNV con el PSOE en la comisión bilateral creada al efecto -por ejemplo, que el parlamentario de UPyD Gorka Maneiro hablase de «humillación» y «despropósito»-, López quiso comparecer públicamente junto al vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, para trasladar su «satisfacción» por el acuerdo. Un compromiso que, con una dotación de casi 35 millones de euros y 366 trabajadores, permite avanzar en el autogobierno y, sobre todo, «impulsar la modernización» y el Estado del bienestar vasco, según destacó.
Solo en el turno de preguntas mencionaron López y Chaves al PNV. Durante su intervención, ambos se dedicaron a alabar las bondades del acuerdo que acababan de rubricar en la comisión mixta reunida en Lehendakaritza. Es más, el jefe del Ejecutivo vasco hizo hincapié en aquellos traspasos que considera más importantes, como el de los inspectores laborales o el que permitirá que los maestros de prisiones pasen a depender de Euskadi -tres en Basauri, cuatro en Nanclares y dos en Martutene-, al ser la única comunidad que no tenía transferido ese servicio.
Será la primera, en cambio, en hacerse cargo del personal sanitario que trabaja en las cárceles, cuarenta profesionales que pasan a integrarse en Osakidetza. Del Departamento vasco de Educación dependerán, asimismo, los 205 profesores de religión de infantil y primaria que se convierten en indefinidos con las mismas condiciones que el resto de personal interino y que incluso podrán liberarse para acreditar perfiles de euskera, una vieja reivindicación.
«Me parece muy bien»
En definitiva, el lehendakari trasladó en todo momento la satisfacción del que puede felicitarse por un plato que él ha cocinado y que además va a servir. Es más, aunque reconoció que las competencias también «han aparecido» en las conversaciones PNV-PSOE, insistió en que «son consecuencia de una negociación entre el Gobierno vasco y el de España», que calificó de «permanente e intensa». «Este Gobierno es el que negocia las condiciones, firma y hace efectivas la transferencias», se jactó. En Lehendakaritza insisten en que el cruce de correos electrónicos con el ministerio de Chaves y los viajes a Madrid han sido constantes.
«Si me van a preguntar lo de siempre, por el PNV, les diré que me parece muy bien». López se alegró de que el partido de Urkullu conceda «plena validez» al Estatuto tras haberlo dado «por muerto». En todo caso, preguntado por la posibilidad de que, como apuntan los jeltzales, lleguen dos nuevos traspasos -Cercanías y la AP-68- en julio, Chaves instó a esperar a ver «qué propone el PNV».
EL CORREO, 23/6/11